Mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las anchas alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.

347 casos

desde la isla de

Parece que mi inconsciente está empeñado en revisar ese librito pequeño negro, en mi caso, lleno de tachones. En el sueño de anoche, aquel muchacho de tiempos de la Corte, que habla suavecito. Qué le vi, no tengo idea. Tal vez siempre fue la forma en que me trataba, la forma en que nos reíamos los dos, la forma en que nos entendíamos. Con el tiempo entendí que podía incluso ser alguien peligroso, por lo violento, pero conmigo nunca lo fue. Soñé que llegaba feliz a decirme que se había divorciado.  Y me desperté con ganas de llamarlo y volverlo a oír. Pero ya se me pasó. Tal vez le escriba y le cuente que me soñé con él. El sabe que es en serio y no una frase barata. A veces me pregunto si él es realmente la persona que yo pienso que es o si simplemente para mí es más seguro y más cómodo pensar eso.

Hace unas semanas lo vi, de casualidad, después de muchos años. No conocía a Pato y se sorprendió mucho de verlo. Me preguntó por él y le dije “Es el hombre que más me ha querido” y me vio a los ojos y me dijo con esa voz suave de él “Eso no es cierto”

Ayer nos avisaron que una de las dos maestras de Pato se va del kinder. Una macha de ojos azules, divina, que desde que la conocí, supe que Pato se iba a enamorar de ella y así fue. En pocos días, todas las niñas, los juguetes, las cosas, se llamaban Alicia, como ella. También desde que la conocí me pregunté porqué una mujer de evidente clase alta querría trabajar. Tal vez era vocación. O le gustaban los niños. O no quería aburrirse.

Pero bueno, se va y nos avisaron por la aplicación. Inmediatamente empecé a pensar en qué mierda que es estar fuera del loop. Que probablemente habría mamás que sí sabían la verdadera razón. Que no tengo amigas entre las mamás y tampoco las quiero pero entonces, la consecuencia, es que como siempre, estoy detrás del palo y se nota. O tal vez no me quieren contar porque no soy de confianza. O tal vez todas saben menos yo, porque no se acuerdan que existo o porque intencionalmente no me quieren contar. O…

Pude parar, por dicha. Este encierro me permite descubrir cosas de mi misma. Como esa parte que se victimiza y además es paranoide. Alicia se puede estar yendo por mil razones y ninguna tiene que ver conmigo. Las mamás pueden saber o no y a mí qué me importa. Recordarme que la respuesta más sencilla usualmente es la correcta. Dejarlo ir. Soltar, dejar ir.

Más tarde, en el chat, alguna mamá preguntó porqué se iba. Nadie le dio pelota. Yo no le hice segunda aunque también quería saber.  Un par de horas más tarde, la misma Alicia resolvió el misterio: su contrato era temporal.

A Pato se lo dijimos, pero no le importó mucho. Pintó un conejo de Pascua y se lo enviamos. En realidad no lo hizo para ella. Como tiene que soltar la mano y no le gusta pintar, la nueva regla en casa es que el tele solo se prende cuando haya pintado un dibujo. Antes no. Y así, a huevo, todos los días termina pintando algo, precedido de No puedo solo, No me gusta dibujar, etc.

Termino el día tiesa. Creo que tengo que incorporar pausas activas en el día a día. Ayer me pidieron ir a una reunión el jueves a las 6:00 pm y desde ese mismo momento me puse nerviosa. No quiero ir. Pero es trabajo, entonces tengo que ir. Voy a usar mi máscara aunque me vea ridícula.

También empecé a mutear gente en Twitter. Me desesperan y desaniman sus críticas a todo y por todo, sus teorías de conspiración, sus reclamos. Me recuerdan eso, que a todos se nos está saliendo la neurosis, desde el tipo en Tw que asegura que el contagio será por las empleadas domésticas y que en su casa no la necesitan (claro, estoy segura que esa carga adicional la lleva la mujer de él) hasta el que solo le tira al gobierno o anuncia futuros apocalípticos.

Ya es suficientemente deprimente ver todo lo que está cerrando, enterarme de los despidos, de los rebajos de salario y pensar en qué va a pasar con nosotros. Trato de aferrarme a que esto será temporal. Temporal.

Ayer Pato brincoteó tanto, que se durmió a las 5:30  de la tarde.

Ayer inauguraron la transformación del Cenare en un hospital solo para Covid. Qué bueno. Y qué malo. Sé que si me enfermo, es muy posible que no me complique. Pero si me complico, me puedo morir.

Yo no quería volver a pensar en mi mortalidad sino hasta dentro de muchos años.

 


Gotitas de lluvia

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