Mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las anchas alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.

Joker

desde la isla de

Vengo entrando a la casa después de ir a ver Joker. Hace mucho no lloraba tanto en una peli y después de ella. Quisiera verla de nuevo pero no quiero volverme a sentir así.

Me llegó mucho, muchísimo. Tal vez porque llevo días de una racha de pesadillas muy vívidas y dolorosas. Como ver morir a mi mamá. Como soñar que tengo que entregar a Pato a otra familia y que se olvida de mí.

Viste que hay dos pelis? La primera, que es la que me revolcó a mí, termina cuando mata a la mamá a los insoportables en el metro Ahí empieza la del villano de Batman.

Tal vez el guionista no sabía qué hacer para resolver el relato que llevaba hasta entonces, porque usualmente las personas como él siguen viviendo esa vida de mierda toda su vida. O se pegan un balazo se tiran de un puente se le atraviesan a un carro cuando ya no aguantan el dolor. La mayoría no evoluciona a un delincuente sicópata y si lo hace, termina muerto.

Pero me conmovió la delicadez de la vulnerabilidad de él, toda la actuación. Su inocencia, su dulzura.  Su capacidad de ser un payasito que hace reír a niños. Su amorosa atención y paciencia a una madre y su orgullo por encargarse de ella.

Tal vez me conmovió porque uno sabe lo que se siente estar ahí, en contacto con su parte más oscura y por oscuro no me refiero a la maldad, me refiero al dolor, a esa sensación de que no ves la luz por ninguna parte.  Que todos los días son iguales. Que te preguntás si eso va a cambiar y cuando sentís que no, empezás a pensar qué podés hacer vos por acabar no con la situación, sino con vos mismo.

Esa sensación de tratar de calzar sin entender bien qué es lo que hay que hacer, ese sueño de ser aceptado y querido así como sos, las fantasías donde eso se hace realidad. Esa ansiedad que da darte cuenta que algo más pasa y que no terminás de entender qué es y los demás sí.  El miedo porque no entendés. Esa soledad.

El dolor de su risa-llanto. Has visto reír a esa gente que llora en forma de risa? Yo sí. Muchas veces. No es ficción. Es una realidad que nunca se muestra. No es una enfermedad de tarjeta. Es algo que vive con todos nosotros, que ves a diario por ahí y optás por el silencio, por fingir que no lo notaste.

Cuando hace su show de comedia, y le da esa risa que lo ahoga con cada carcajada, como los ataques de ansiedad, pero con otra forma. Yo he estado ahí. Yo me he sentido así.

Pensé en el actor como persona. En la infancia de culto de abusos que vivió. Desde niño sosteniendo a su famlia actuando. Ver morir a su hermano. Pensé en Chile, en lo que está pasando. En esa humillación constante, en esa desesperanza diaria que los lleva a que todo valga mierda, a perder el miedo, a saber que ya no hay nada que perder porque nunca van a ganar todo.

Me dolió mucho la línea de la historia de que era un niño adoptado, aunque sea cierto o no. Que la mamá no hizo nada cuando lo maltrataron, igual que la mía. Y tuve que desconectarme de lo que estaba sintiendo, salirme de la película, alejarme por dentro para decirme racionalmente que recordara que a Pato no le había pasado nada malo, ningún abuso, ningún maltrato antes de conocerlo.

Pensé mucho, mucho en Pato. En lo importante de que sea un hombre luchador, que nunca se avergüence de ser quien es, que sea empático, compasivo, amable, cariñoso con los demás. Que pueda ponerse en los zapatos de los otros.  Un poco lo que el Che le dice a sus hijos en su carta de despedida: que sientan como propia cada injusticia que ocurre en el mundo. Que sepa ser duro sin dejar de lado la ternura jamás, sobre todo con los que menos tienen.

Decime: ¿cuánta gente está viviendo así? Entre basura, en casas viejas, comiendo mierda, sin trabajos o trabajos de mierda, con telebasura como único punto de sonrisa o alivio, expuestos todos los días una realidad que les está vedada? Sin acceso a salud, a educación, a nada, condenados a vivir así para siempre? Además, invisibles.

¿Sabés? Casi todos los días veo o vivo esa sociedad de Arthur, donde lo traman, lo traicionan, cada uno está por sí mismo, no le importás a nadie, todo se mide por poder, se regodean en humillar a la gente.

Y así fue también mi experiencia del colegio. Aunque no me golpeaban físicamente sí lo hacían con palabras y chismes y exclusiones. Y así además fue buena parte de mi infancia.

Esa sensación de ser invisible, de ver mucha violencia pasando alrededor, de ser el centro de esa violencia muchas veces y esa resignación de que así eran las cosas, que no había nada que hacer. No tener a nadie. Saber que no contás con nadie. Que no podés confiar. Perder tu humanidad. Empezar a creer que te mintieron cuando decían que todo ser humano es bueno por naturaleza.

Sé que se supone que es una peli de superhéroes, y entiendo sus asesinatos en su literalidad como actos de violencia. Pero ¿cuántas veces tenés que matar metafóricamente a tu agresor para estar libre de esa tiranía? A veces uno entiende porqué para combatir la violencia del poder se requiere del poder de la violencia. Pienso en si alguien lastimara a Pato. Yo sé que no lo mataría, pero me costaría mucho siquiera manejar la idea de perdonar a alguien así. Entiendo a un Fidel que mandó a matar a los torturadores. Entiendo porqué ni perdón ni olvido.

Esa escena cuando sale hacia el tal show, seguro, elegante, otro. Baila en las escaleras. Soberbio. De una belleza única porque es la primera escena en la que no siente miedo. Ya no está contenido, amarrado. Se salió del sistema. Es él. Es libre.

Y a pesar de todo el dolor que me provocó la peli, todo lo que recordó, todo lo que me removió, si hay algo que me queda: Be kind. Y lo digo en inglés porque siento que Kind no tiene una traducción exacta al español. Amable no es suficiente. Amable me suena a una palabra impuesta, una actitud que se asume, un disimulo, una versión de ser educado. Kind, en cambio, lleva implícito una lista larga de pequeñas acciones, una decisión de vida, soltarte del sistema egoísta y pensar en el otro y no solo en uno. Independizarse del individualismo.

A pesar de todo lo pasado, también he tenido la suerte de encontrar gente que ha sido así conmigo. Que viven el Be Kind.  Que insisten en eso a pesar de que todos los días se enfrentan también a  esa violencia estructural.  Y en su kindness encuentran su refugio, su propio jardín.

Y porque como decía George Orwell, mejor que ser amado, ser comprendido.

Y yo sé que entendés.

O será que ayer me vino la regla. Serán las hormonas. No sé.

 

 


Gotitas de lluvia

2 respuestas a “Joker”

  1. Profundo y lleno de valentía

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