Mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las anchas alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.

Octubre- Mes rosa

desde la isla de

Como parte de mi trabajo, cada cierto tiempo envío a los clientes un boletín con información de derecho laboral. Este es el boletín más reciente, del que me siento muy orgullosa, probablemente porque refleja mi experiencia personal y la de tanta gente que me ayudó, me apoyó y me acompañó en el proceso de mi diagnóstico y cirugía. Por eso quisiera compartirlo con el mundo entero. Si a usted le interesa recibir mi aburrido boletín, mándeme un correo a Alejandra.Montiel@zurcherodioraven.com y lo sumo a mi lista. Además estoy estrenando servicio de Mail Chimp y estpy enfiebradísima

Octubre es el mes de fines de semana de mujeres vestidas de rosado corriendo o caminando, de negocios pidiendo donaciones, de recordatorios de la importancia de hacerse el autoexamen o la mamografía. No es para menos: una de cada diez mujeres que vive en Costa Rica será diagnosticada con cáncer y es una de nuestras principales causas de muerte. Hay una mujer con cáncer de mama en su oficina. O al menos, hay una persona en su oficina que conoce a una mujer con cáncer de mama y todos sus matices del rosa:

El incierto. Rara vez el diagnóstico de cáncer es inmediato. Suele iniciar con una frase de terror: “El examen salió alterado” y lo que sigue son más exámenes, pruebas, biopsias y hasta cirugías, dependiendo del caso. Durante ese periodo, el foco de la conciencia está totalmente concentrado en lo que está pasando y, sobre todo, en lo que viene. Hay un replanteamiento forzoso de nuestra propia mortalidad, mucha tensión y, a veces, cambios pronunciados de humor. No es raro que todo lo demás pase a un segundo plano, incluyendo lo laboral.

El silencioso. Por alguna razón, muchas mujeres no comparten su diagnóstico y tal vez, si lo hicieran, no se sentirían tan solas ni tan asustadas con su enfermedad. Todos los días vemos los números de las que fallecen pero no de las que sobreviven. Y lo cierto es que la esperanza alivia la espera. Siempre le agradeceré a la mujer que me dijo por teléfono: “Yo sé lo que estás pasando. Todo pasa. Yo pasé por eso. Vas a ver. Vas a estar bien”.  Ella me dio su fuerza.

El solidario. Pregunte en qué puede ayudar. No haga cara de horror. No la de por muerta todavía. No la evite. No convierta al cáncer en el elefante rosado de la oficina. Absténgase de sugerir recetas naturistas, automedicación, remedios caseros o de opinar sobre las posibles razones del cáncer. No cuestione sus decisiones médicas.  Esté presente.  Pregunte cómo va la cosa. Nadie quiere su lástima. Póngase en sus zapatos. No imponga, no estorbe.

El espiritual. Todas las buenas vibras, los buenos deseos, las bendiciones, los abrazos, las oraciones, las misas, las estampitas, las medallas; son bien recibidas. Algunas encuentran consuelo y refugio en sus creencias, otras reconstruyen una nueva versión de su fe o hacen las paces con temas pendientes de hace muchos años.  El ateísmo beligerante suele suspenderse en tiempos de crisis. No hay reglas.

El activista.  A través de la Asociación Solidarista o el médico de empresa es posible suscribir convenios de cooperación y descuentos en grupo para mamografías y citas médicas. Plantéese la posibilidad invertir en la salud de la gente que trabaja con usted en lugar de la fiesta de Navidad.  Haga donaciones a entidades serias a las que puedan darle seguimiento. Consulte con su encargado de responsabilidad social empresarial qué pueden hacer este año. El diagnóstico temprano salva más vidas que un lacito rosa en la solapa.

 El ejemplificante.  La mujer con cáncer escucha a los demás referirse a ella como valiente, campeona, admirable o ejemplo para los demás. Ella está haciendo lo que tiene que hacer porque no tiene otra opción. Además, ella tiene derecho a llorar, a tener miedo y a sentirse triste, a afrontar la enfermedad como pueda, con los mecanismos que tiene. Y si llega a morir, eso no significa jamás que perdió la batalla. Evitemos presionarla con nuestras expectativas y preconceptos de lo que implica pasar por un cáncer.

 Incapacidad.  Dependiendo del caso, un proceso de cáncer conlleva cirugía y procesos de quimio y/o radioterapia. Después de una operación, el uso de los brazos queda disminuido por un tiempo. Además, hay que acostumbrarse a la  nueva imagen corporal y asumir los efectos de los tratamientos y la rehabilitación. El cuerpo y la mente necesitan tiempo para recuperarse. Afortunadamente tenemos un sistema de seguridad social que lo permite. Dígale que no cuando ella ofrezca trabajar desde la casa; asegúrele que su puesto la espera cuando regrese, que sus ausencias están plenamente justificadas. Apóyela.

Somos los mismos mamíferos de hace miles de años, animales sociales por definición, que reaccionamos positivamente al amor y al apoyo, tanto al inicio de la historia como hoy, en medio de la era de la tecnología. Es cosa de ejercer nuestra propia naturaleza. Y, particularmente, mujeres,  recordemos las palabras de Madeleine Albright: “Existe un lugar especial reservado en el infierno para las mujeres que no ayudan a otras mujeres”

 ¡Gracias por leer!


Gotitas de lluvia

2 respuestas a “Octubre- Mes rosa”

  1. Te voy a escribir para que me sumes a tu lista, con la condición de que tú te sumes a la lista de mi boletín semanal de Global Voices, preparado diligentemente por mí y que llega puntual cada domingo.
    Bien por ese mes rosado, y bien por la autora de esta entrada que nunca se amilanó a pesar de que, como debe ser obvio, debe haber pasado lo suyo. Te mando un abrazo enorme, me encanta haberte conocido.

  2. Ah, en Lima, octubre es el mes morado. El Señor de los Milagros es de ese color, y en octubre sale en procesión varios días por las calles de Lima. La gente se pone hábito morado. Es un mes con mucha tradición, se vende el famoso turrón de doña Pepa… aunque en verdad ahora se encuentra todo el año.
    😀

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