Mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las anchas alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.

Sin palabras

desde la isla de

El Niño, como todos los años desde que me acuerdo, me trajo libros. Pero esta vez me trajo un libro particular. Este. Se llama The Arrival.

Mi libro nuevo tiene dibujos maravillosos, únicos. Obras de arte en cada hoja. Es un libro para personas grandes. Es de tapa dura. No tiene colores. Tampoco tiene letras ni palabras.

Mi libro nuevo es una máquina del tiempo que me lleva a la época antes de la lectura, hace ya demasiados años. Como recordar el tiempo antes de la palabra. Como superar el borde de la memoria y descubrir lo que siempre había estado ahí esperándome. Al pasar página por página, vuelvo a sentir la maravilla de solo recibir con la vista y permitir que la mente le dicte espontánea al cuerpo qué es lo que vamos a sentir. Una sorpresa que no se adivina.

Es una historia y es miles a la vez. Una historia central de despedidas, de llegadas de compartir con otros que sufrieron la misma despedida y diferente a la vez. De migrantes, de nuevos lugares, nuevas formas de decir, de sentir y de vivir las cosas. La locura de lo nuevo. Podría escribir mil y una noches la misma historia con las mismas ilustraciones y sería cada vez distinta.

Y en cada dibujo me puedo perder en sus detalles, hacer nuevas historias con cada página, cambiar el sentido, imaginarme diferentes finales.

Mi libro nuevo me devuelve a los primeros libros. Al tiempo de cuando Alejandro estaba vivo y era él el que le daba sentido a esos signos mientras yo examinaba las ilustraciones tratando de calzar las palabras en aquellos colores. Al tiempo en que vivíamos a la par de Mimí y éramos nosotros tres nada más y yo quería aprender a usar un lápiz para poder escribir una historia que calzara mejor con aquellos dibujos tan lindos.

Mi libro nuevo lo puedo leer tantas veces como yo quiera, con las voces de cada uno de sus diferentes personajes, con enfoques tan distintos como se me antoje. Mi libro es cortito, pero es interminable.

Mi libro nuevo me recordó la capacidad de asombro y esa maravillosa sensación de crear mundos y universos enteros.

 

–        Papá, ¿y a dónde están los chanchitos?

–        Dentro de la casita.

–        ¿Qué están haciendo?

–        ¿Qué haría vos si estuviera un lobo feroz peludo y enorme afuera, diciendo “Soy el lobo feroz. ¡Ábranme la puerta!”

Mi libro nuevo me recordó la capacidad de la creación. La sensación inigualable de sumergirse y perderse en una página. De imaginar, de volar e imaginar. De imaginar historias, detalles, matices y finales. Que en cada persona, vive una o más historias. De querer oírlas. De querer contarlas.


Gotitas de lluvia

Una respuesta a “Sin palabras”

  1. I really would like a book like that, where everything has a happy ending, que envidia quisiera ver tu libro, me gusta la del lobo feros 🙂

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