Mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las anchas alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.

Chile, ayer y hoy: 11 de setiembre

desde la isla de

En 1973, Chile tenía un presidente constitucional, médico de profesión, de clase alta, cuyos vecinos cuicos no le hablaban en época de elecciones porque se declaraba marxista leninista y porque fue candidato demasiadas veces. Cada vez que perdía le volvían a hablar. En apenas tres años procuró una serie de cambios impresionantes para la clase trabajadora, con mejores salarios, viviendas, lugares para ir de vacaciones, educación gratuita, salud, y uno de sus proyectos favoritos: un vaso de leche diario para cada niño. Cuando mis suegros llegaron a Costa Rica se admiraron de encontrar el país que el compañero presidente quería para sus compatriotas.

Hoy, Chile es el país más desigual de América Latina. Su presidente constitucional es de la misma calaña del gorila que estuvo 17 años en el poder. Es uno de los hombres más ricos de América, y probablemente el más rico de Chile. Durante la dictadura, tuvo el monopolio de las tarjetas de crédito. Además, le entregaron LAN Chile, que era una empresa pública. Desde los aviones de LAN tiraban a los detenidos desaparecidos al mar, cubriéndoles los ojos con los antifaces para dormir en viajes a Europa. ¡Qué fácil que es autodenominarse emprendedor y surgir con un monopolio asegurado de negocios rentables, sostenido a punta de terror y tortura! Tiene además una capacidad impresionante para asumir el ridículo, como cuando firmó el libro oficial de visitas a Alemania con una frase nazi y no contento con exhibir su ignorancia, aseguró que eso se lo habían enseñado en el colegio los curas alemanes, que, suponemos, admiraban al Führer y sus métodos. Los alemanes arrancaron la página del libro de visitas. Y le informaron a la cancillería chilena que entendió que era mejor no insistir en el asunto

Hoy, los estudiantes en Chile han protagonizado manifestaciones que no se veían desde la dictadura. Yo me alegraría, de no ser porque esos mismos muchachos votaron por el gobierno de derecha contra el que ahora se manifiestan. Se quejan del gobierno que ellos mismos eligieron, de una derecha que nunca ocultó sus intenciones. Tanto movimiento ha revuelto las aguas y desde la derecha nuevamente se escuchan cosas como usar comunista como insulto o las viajas frases de la CNI, la policía del dictador: “Muerta la perra, acabada la leva” (la rabia) para referirse a la dirigente estudiantil. Hay ministros de Pinochet que para defender el negocio asqueroso que es la educación universitaria en Chile, se atreven a citar al compañero presidente. Que se laven la boca antes de hablar de Salvador Allende. Otros que reconocen desacarapeladamente que en la dictadura hicieron cosas impresentables, pero ni se disculpan ni se entregan a la justicia, porque en Chile se sabe que todo lo del pasado es impune. Todo eso ha dejado claro que es cosa de rascar un poquito para que ellos, los momios, confirmen que siguen siendo lo que siempre han sido y ni siquiera les da pena.

En 1973, Chile había publicado más libros de los que se han publicado en los últimos 38 años, como parte de su programa de cultura al alcance de todos. En papel periódico y ediciones humildes, Quimantú, la editorial que fue de los suegros de Joaquín Gutiérrez Mangel, procuró llevarle a cada chileno las obras clásicas y las obras modernas, a precios accesibles.

Hoy, los libros son incomprables en Chile. La muerte del animador principal de TVN evidencia el nivel de ignorancia que se ha logrado con tanto empeño en los últimos 38 años. Se entiende que lo lloren sus compañeros, sus familiares, la polola que se quedó con la esperanza del matrimonio de Cenicinienta que nunca ocurrió. Pero él personificaba esa sociedad farandulizada que es hoy Chile, donde todos viven pendientes de sus amores, sus salidas, la modelito que le cierra el ojo, a dónde se va de vacaciones, sus entrevistas vacías. Es triste pensar que las viejitas tengan como única opción de compañía en la mañana a un wuéon que les habla del horóscopo o de las andanzas de otras personalidades televisivas. Un wueón que tenía acceso, diario, a 25 millones de personas. Y nunca se mojó el poto para nada. Nunca tomó una posición seria respecto a algo. Nunca editorializó. Era el Peter Pan eterno, el rey de la superficialidad, el vendedor oficial del Chile inalcanzable para más del 70% de la población, un mercader de esa nueva cultura.

Los otros, que también se murieron en el mismo accidente, eran apenas obreros, aunque salieran a diario en la televisión haciendo payasadas. Ya lo dijo muy apesadumbrado uno de los mejores amigos de uno de los muertos: el torito viajaba todos los días en bus, se turnaban para almorzar en la casa de cada uno, porque los presupuestos no alcanzan. El wueón que era el galán payaso de TVN recibía salarios que le permitía rifas carros nuevos en las fiestas. El resto, a comer mierda con salarios bajísimos.

Tanto muerto le cayó como anillo al dedo al hombre que ocupa La Moneda. Los 21 de la isla Juan Fernández son los mineros del 2011. Apenas para restarle fuerza al movimiento de los estudiantes, apenas para que el 4 de setiembre no se realizara la actividad pública del entierro del compañero presidente. Apenas para que hoy, 11, se alegue que el país entero está de duelo y se trate de evitar la marcha anual y los desórdenes en las poblaciones que siempre inician con el grito de “Paco culiao!”. Apenas para ver qué le saca para levantar un poco sus caídas cifras de popularidad.

Me faltó decir que el avión que se estrelló, era, por supuesto, un avión militar. Chile, y no Venezuela, a pesar de que dicen los medios, es el ejército más moderno, mejor equipado y más matón de América Latina. Tiene una fuerza área que entrena pilotos de combate, una marina que tiene buzos tácticos de combate y una organización digna de un país del medio oriente rodeado de situaciones convulsas. Y a diferencia de Venezuela, ni siquiera es un país petrolero, ahora que está de moda invadir países que producen petróleo. Pero Chile no ha tenido una guerra en casi 100 años, salvo la que inició en 1973 contra sus propios ciudadanos y un connato con Argentina en el 78. Este ejército tan avanzado no encontraba ni al avión caído ni a los muertos. Los encontraron los pescadores. El ejército recurrió a un robot ultramoderno  y carísimo, presumiblemente nuevo y a tres brujas que para seguir cobrando, decían sentir que había tres náufragos que habían sobrevivido. El dinero del primer país desarrollado de América Latina se usa para alimentar las ínfulas de hombres que quieren jugar a ser soldaditos, pero no para educar a los que más lo necesitan.

Ahora dan en TVN un programa semanal sobre la vicaría de la solidaridad, ese caso raro en las de un cura ayudando a los perseguidos en una dictadura. Porque todos saben que los curas se ponían del lado del poder y sapeaban y le decían a los detenidos desaparecidos que colaboraban y los confesaban antes de que los fusilaran. Yo me peleo cada semana con la guionista y le discuto muy molesta la exactitud histórica de cada detalle del capítulo, mientras le recito a Marcelo los detalles que me sé de memoria de cada una de las cosas que cuentan, porque la serie se basa en hechos reales.

Pero no puedo ver las escenas de tortura, que también son espeluznantes. Y se me arruga el corazón cuando mi suegro dice que eso es históricamente exacto. Que así era. No dice lo que me dijo hace unos años “Los milicos me hicieron de todo. Lo que quisieron me hicieron. Pero no me quebré”. Esa, sus historia de terror personal, quedó registrada y anónima en uno de los tantos informes que procuran rescatar la memoria, la misma que en el Chile de hoy se niega sistemáticamente a diario.

Hoy los gringos lloran 3 mil muertos de las torres gemelas y los medios de comunicación de mi país les hacen segunda. Pero hay más de un 11 de setiembre. Las cifras oficiales de desaparecidos en Chile superan ese número de muertos del world trade center, sin contar torturados y exiliados. Hoy nadie niega la responsabilidad del gobierno gringo de esa masacre. Los Estados Unidos desató una guerra para reclamar justicia por los ataques pero nunca siquiera ha ofrecido una disculpa por lo que hizo en Chile ni se han iniciado acciones legales contra los responsables, como Kissinger, que está vivo. Pero no. Todos tenemos que estar compungidos por lo que pasó en Nueva York. Solo ellos tienen derecho a ser víctimas.

Compañero presidente: Yo te recuerdo. No te imaginas cuanto. Ni sabes lo que ha hecho por mí, desde un país tropical, tu ejemplo.

Compañero presidente: a mí no me importa si te mataron o te disparaste. Admiro tu decisión de dar la vida, por mano propia o ajena, por lo que creías. Por quedarte hasta el último momento. Por hacer. Por creer. Por saber reconocer al enemigo. Por morir como viviste.

Compañero presidente: ¡Presente ahora y siempre!


Gotitas de lluvia

3 respuestas a “Chile, ayer y hoy: 11 de setiembre”

  1. Gracias.

    Solo unos detalles: Piñera no es el hombre más rico de Chile. Eso son la viuda de un croata de apellido Luksic, que le agradece mucho a la dictadura haber deshecho una de los logros más grandes de Salvador Allende: nacionalizar el cobre. Luksic era prácticamente dueño de Antofagasta. El otro es un tipo Paulmann, que llegó a Chile desde Alemania luego de la segunda guerra mundial, y abrió un supermercado. Hoy ese supermercado es la cadena Jumbo, la cadena a la que hasta Walmart le tiene miedo. La otra cosa de la que es dueño es Almacenes París y más importante el Banco París, que son las dos piezas que se ocupan en Chile para estafar pobres a punta de repactaciones silenciosas de deudas. Paulmann también está ligado a los negocios de la educación superior en Chile, que es una herencia de la dictadura. El otro es el clan de los Matte, encabezdo por Eliodoro Matte, dueño de la papelera que Salvador Allende quiso nacionalizar para sostener Quimantú, nacionalización a la que Matte se opuso ferozmente. Los Matte están enlazados, por múltiples matrimonios con los Larraín, de los que hay varios con manos en el actual gobierno. Luego de todos estos señores viene Piñera, que obviamente sabe quienes son sus patrones.

    La otra cosa es que es muy probable que la mayoría de los estudiantes que han estado protestando no votaron *por* Piñera sino en su contra. El problema es que también votaron en contra de otro gobierno más de la Concertación y muy posiblemente se inclinaron hacia el lado del payaso de MEO, que fue lo que permitió que Piñera llegara a ser presidente. Como es tristemente común en Latinoamérica la gente que se dice de izquierda proteje con sus acciones a la derecha.

  2. […] que escribe mejor que yo y cuenta las cosas mejor que yo, nos recuerda el día que las cosas cambiaron violentamente de rumbo y se encaminaron en la misma dirección que va Costa Rica hoy en día. Chile iba para el otro lado […]

  3. Siempre me paran el pelo tus palabras sobre esta fecha, el nudo, siempre el nudo de la rabia de ver este mundo en ese cristal que hace su horror tan nítido, solo para los que tienen esa opción del menú activdada…

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