Mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las anchas alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.

SoHontiname

desde la isla de

Esta vez, de porqué Costa Rica es invivible. La suscrita, exponiendo de que la novena parte del problema reside en que nos creemos lo que no somos.  Con ilustración de Kandler, favor que me hace. Pásenle a lo barrido.


Gotitas de lluvia

11 respuestas a “SoHontiname”

  1. Genial Sole, incisivamente corrosivo hasta la médula como corresponde. Bajada de pantalones -y enaguas- justa y necesaria al ego colectivo de la Schweiz Mittelamerikas. Diego Delfino es otro que también se luce en la Soho con lo que escribe.

    Parece que soy adicto al ácido, pues ya me pienso pasar a por mi copia impresa…

  2. LOL. Ese ultimo parrafo esta de pelicula.

    Eso estaba pensando yo cuando uno de esos emperifollados ve con aires de desden este lugar y a los que el viven. Porque claro, ellos son de la Suiza de las Americas…

    …especialmente ahora que en el aire post-electoral se les empiece a bajar la resaca de los alagos y necesitan ponerse como gato panza arriba contra la realidad que ni a palos quieren ver.

  3. Voy a tener que comprar esa Soho… trae fotos ¿verdá?

  4. Beto: Graziaz. El de María Montero a mí me generó envidia!

    Furia: 🙂

    Ticoexpat: si vieras las de censuras que pasé… porque fue escrito en medio furor electoral y todos querían opinar.

    Terox: Fotos de las modelos, sí. Mía, una así, chiquitica, que no me parezco a yo.

  5. No te comenté antes porque tuve que ir a comprarme una Alka Seltzer para bajar toditico el ácido!!!!!!!!! ¿Podés explicarme dónde lo venden? Porque a mi blog se le acabó hace rato, y lo extraño. Genial, SoHole, como siempre (con todo y los guantes que me cayeron por ahí…).

  6. Puta, me estoy empezando a preocupar. Te recomiendo meterte de cabeza en la campaña electoral, y vas a ver como el ácido regresa solito. Cuáles guantes. a ver, a ver?

  7. Diay, que yo soy de ese 20% que creyó que con un cambio Ya lograremos la Costa Rica que queremos…

  8. Avatar de David Mora
    David Mora

    Cuando vivía en ticolandia me consideraba suficientemente iluminao como para poder ver las virtudes y los vicios de mi gente. No más bastó un par de años en el extranjero para bajarme las ínfulas.

    Es gracioso cómo los gringos son tan ajenos a la reputación de babosos que tienen en la mayoría del mundo. Pero es parecido, y patético, con los ticos, que nos consideramos tan superiores al resto del vecindario caribeño, cuando en realidad ellos no más nos hacen la masaguada y luego se ríen a nuestras espaldas de tal megalomanía.

    Luego de década y media de depuración fuera del cafetal tico, en vez de tratar de renegar mis orígenes maiceros, más bien me siento orgulloso de decir que soy tiquicio, pobrete, mestizo y polo. Y al que no le gusta que se lo… veá.

    Como buen pajoso, me fui por la tangente tratando de decir que me gustó mucho el artículo.

  9. Dean: Nadie es perfecto. Para el 2014 aun te podés redimir.

    David: Gracias!

  10. ¡Enhorabuena, Sole! Felicidades por la publicación y el éxito de tu artículo, indudablemente necesario para desbaratar el maquillaje con que los políticos de las pasadas elecciones -inflándola, decorándola, utilizándola en frases xenófobas- desfiguraron la idiosincrasia tica.
    Particularmente, me gustó que rozaras el problema del choteo, ese arte sutil de desmoronarle al congénere los castillitos que anhela y perfila en el aire. No conozco otra cultura en la cual un sujeto pueda aplaudir y serruchar el piso al mismo tiempo, sin importarle siquiera que el agujero termine tragándole también (como creo sucedió con los Premios Nacionales en la categoría de cuento y novela).
    En otro orden de cosas, me dejó estupefacto reconocer a la chica “sin bolas sexuales” que se cosifica en SOHoe (revista que por cierto me recuerda la época del destape español por su interés en cosechar un público masculino con hormonas de fácil efervescencia… población lectora a la que pertenezco). No recuerdo el nombre de la obra de teatro en que me hechizó su cuello, el crítico que me acompañaba insistía que su presencia escénica era inane como actriz, por su participación en una serie llamada “El vecindario” o “El barrio” o “La barriada” (otro ejemplo de choteo, juzgar el triunfo de alguien por un fracaso anterior ). A mí me pareció formidable como actriz; tanto, que aunque no sé nada de dramaturgia, le hice una obrita llamada “La Estaca” (un vampiro suicida espera la salida del sol para conflagrarse y como sucede cuando uno se rinde y se deja llevar por la existencia conoce a una mujer, de cuello tentador, con quien mantiene una apasionada conversación que… bueno, ya te imaginas la porquería de final romántico e intrascendente). En fin, nunca pude contactarla y terminé regalándole la idea a un conocido que hace cine porno, quien suplió el cuello apetitoso por nalgas tentadoras, igualito a lo que hizo con mi musa la revista Soho en su última entrega.

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