Mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las anchas alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.

Zum Unterricht/En clases

desde la isla de

Si esto mismo lo hubiera escrito el primer día de clases, es posible que hubiera sido muy diferente. Esencialmente, porque el primer día de clases me pasó lo que me ha pasado toda la vida los primeros días de clases desde el kinder. Nadie me habló. Y yo no hablé con nadie.  Pero ya, con cuatro días juntos, puedo hacer un análisis má general, objetivo y por supuesto exagerado de mis compañeros de curso.

La clase somos 12. Nos sentamos en 3 mesas octagonales. La profesora me pareció una maravilla desde el primer día. Activa, divertida, con una conciencia histórica y política que me encanta. Todos los días ella trata de contarnos algo de la ciudad, de las cosas que no salen ni en las noticias, ni en los documentales, ni en las guías turísticas y hace a la ciuda más cercana y más real. Las tareas no son obligatorias, uno estudia si quiere, no hay exámenes. Pero si uno quisiera hacer uno de los exámenes de certificación de nivel, entonces sí sale todo lo que viene en los libros. Es un sistema que se basa en el esfuerzo que uno le quiera poner.

Mesa 1: Es la mesa de las chiquillas lindas. Solo mujeres, muy jóvenes, que llegan maquilladas a clases, tienen novios alemanes, papás que las mantienen desde sus respectivos países, solo piensan en lo que andan puesto, salir por la noche a bailar o a tomar cerveza, fuman y entre ellas hablan o en sus idiomas originales o en inglés. Peor aun, en una mezcla de inglés y alemán. Aprenden alemán, en su mayoría, porque no tenían nada mejor que hacer. Ven a los góticos como atractivos y han pasado tantos meses en Alemania que además ya manejan el lenguaje pachuco e insultos, lo cuál resulta más útil para nosotros los puristas del lenguaje. Una brasileña, una suiza-italiana y una rumana que vive en Italia se ajustan exactamente a la descripción.

Hay una de ellas que es la excepción. Una húngara muy simpática, que estudió arqueología clásica y cuando terminó la carrera decidió empezar a estudiar latín a nivel universitario. Yo me imagino que solo en Europa se pueda dar uno esos lujos.

Y está además una turca, que se cubre el pelo y se vista a la usanza musulmana (se cubre todo el cuerpo también). Aunque nació en Berlín, no habla bien alemán y dice que le cuesta mucho escribirlo. En los recreos, normalmente lee el Koran.

Mesa 2. Es es más variada. Hay dos franceses. Uno de ellos trabaja para la televisión franco alemana, usa boina y siempre está haciendo como trompitas, a punto de hablar francés. Es como de mi edad, tal vez un poco mayor. El otro francés, es un profesor al que le dieron la noticia que tiene que se profesor de alemán para niños de escuela. Está un poco angustiado porque sus alumnos hablan mejor alemán que él. Habla muy bien alemán, muy fluido, con mucho acento francés y se pasa quejando que los demás franceses que hay en el Intsituto se niegan a hablar alemán y que quieren andar todos siempre juntos, hablando en francés y criticando a los alemanes. Parece hay una animosidad histórica entre ambos países. Este francés es el más empeñado en que nos reunamos, hagamos actividades juntos y tal.

Hay una argentina muy simpática, de Mendoza, con quien tomamos la decisión ética de no hablar español entre nosotras a menos que sea una emergencia. Nos corregimos además con la gramática y la pasamos muy bien.

Un polaco, que tiene apenas 20 años. Es de la primera generación que nació después de la caída del muro. Quiere ser soldado profesional y pasa metido en el gimnasio. Es altote y fuerte, se ve como un leñador de los cuentos. De lo que él cuenta, los polacos consideran que los alemanes son demasiado amanerados, porque muchos usan aretes. De sus anécdotas se da uno cuenta además que Polonia debe ser algo así como el paraíso de los machos. Y eso que yo pensaba que aquí las cosas eran bastante primitivas.

Un ucraniano que debe llevar como 3 meses sin ver agua. Llega todos los días con la misma camisa y apenas entra, el olor a rancio se expande por la clase, a tal nivel que aunque haga frio, mantenemos las ventanas abiertas. Es idéntico a un elfo y con un pelo tan rubio que es casi blanco. Además es cascarrabias. En las actividades donde salimos de tour, siempre trato de estar contra el viento de él, por la peste. Hasta he pensado en comprar un odorizador ambiental, atacarlo por la retaguardia en algún recreo y bañarlo en Lysol, a ver si acaso.

Mesa 3. Somos los renegados. La suscrita, que soy como el sector geriátrico de la clase y la única que no llegan en jeans. Me senté en esa mesa desde el primer día porque estaba vacía. Y Un japonés que hace este curso y luego va a la universidad de Bonn a estudiar germanística. Para él, Alemania ha sido más que un shock, un caos cultural y me dice que todo en esta ciudad está alrevés.  Como los japoneses no pronuncian la ele o sílabas con erre como bra, dra, cra, hay cosas que le cuesta mucho decir. Pero su gramática es muy buena y su vocabulario, cuando se le entiende, también. Yo me paso estirando en clases y cada vez que sin querer yo lo pateo, es él el que me dice “Entschuldigung, entschuldigung” (perdón, perdón).  Me ha contado que en la Universidad en Japón él hizo una investigación y una presentación sobre Costa Rica. Es mi compañero de trabajos en grupo.


Gotitas de lluvia

6 respuestas a “Zum Unterricht/En clases”

  1. qué divertido… quiero oír más… nos darás entregas sobre sus vidas? 🙂

  2. Conociéndote, ahorita le pones seudónimos y empezás a inventar historias con ellos… 🙂

  3. Esta experiencia tuya es fascinante, cada vez que puedo me doy una vuelta a ver cuales son las news!!!

  4. CIerto, hay que ponerles apodos… Que ahuevado con el ucraniano… ese olor a joco es bastante jodido, los franceses son expertos… no sé los alemanes, pero no deben andar muy largo tampoco…

  5. Entschuldigung, entschuldigung, pero no había una manera más fácil de decir perdón? Me imagino que no es algo que hagan a menudo los alemanes… aunque sea solo por la dificultad gramatical!!!!

  6. Ila: Procuraré hacerlo sin revelar intimidad!

    Beto: exacto, ya me pasé películas completas.

    Ali: gracias, favor que me hace!

    Terox: Los alemanes no tienen como parte del disco duro bañarse todos los días, pero no permiten que se acumule.

    Dean: Diay, si te ponés agringado, decís “Tsörri”… pero no suena muy bien. Sí, digamos que no se distinguen por su sencillez filológica.

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