Mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las anchas alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.

"Bien encachao!"

«Bien encachao!» es una expresión que solamente he escuchado en Chile y que por sus características propias tan pintorescas, se ha ganado que me raje yo a opinar al respecto o por lo menos a describir lo que he aprendido de esta expresión tan particular.

Para empezar, es una expresión que requiere además de cierto tono al emplearla y de movimientos específicos. Al decir «bien encachao», para que no pierda sentido, tiene uno que cerrar uno o ambos puños más o menos a la altura del pecho y apretar como si estuviera jalando un mecate, para dar la sensación de fuerza. Cachai?

Este subrayado lingüistico se complementa con la entonación que se usa. Hay que marcar el bien, con ganas, con cierta rasposidad o ronquera en la voz.  Y decir encachao, sin la d. Y se deben usar ambas palabras juntas, por tratarse de una manifestación compuesta. Solito encachao no significa nada.

Algunos sujetos de estudio, además, entrecierran los ojos para ponerle más énfasis al asunto. En mis detalladas observaciones de campo, hombres y mujeres por igual utilizan estos mecanismos cuando en el curso de su conversación requieren del uso de esta expresionis chilensis.

Es, además, una expresión  discriminatoria y no se avergüenza de ello. Se usa exclusivamente para describir hombres. La s mujeres pueden ser regias, divinas, preciosas, estar buenísimas o hasta ser cositas ricas (esto último sin la connotación que tiene en Costa Rica), pero jamás bien encahaás. Cosa que tampoco es de extrañar considerando que la sociedad chilena, además de otras cosas, es profundamente machista.

Concluidos los aspectos preliminares, refirámonos pues a la esencia del asunto, es decir, a su significado. «Bien encachao», describe a los hombres que son bien plantados, declarados unánime y universalmente atractivos que no necesariamente son guapos, de impresionante estampa, muy varoniles y viriles. Además, encantadores, entradores y simpáticos. Un caso claro del charmer. Es el típico macho en que la belleza clásica afecta su masculinidad en lugar de ayudarla. No hay un estereotipo para un gallo (un mae) bien encachao, pero al igula que la pornografía, uno los reconoce cuando los ve. Pueden ser altos, bajos, rubios o morenos, jóvenes o ya madurones.

Eso sí, es una condición prohibida para metrosexuales o afines.

La condición del bien encachao denota cierta oculta admiración o atracción sexual, sobre todo del que califica así al encachao que corresponda, del tipo aquella que decía Neruda que uno quiere como se quieren las cosas oscuras.  Probablemente porque en Chile, «cacha», tiene una denotación muy sexual. Una mujer buena para las cachas es lo que aquí llamaríamos suelta de cadera o zorra.

Los botones (atuendos militares) o los ternos (trajes enteros) ayudan pero no necesariamente generan esa condición que lleva a describir a un hombre como bien encachao, porque, además, la actitud del varón en cuestión es esencial para la obtención del título. Se trata, entonces de un hombre que además de ser atractivo, es seguro, divertido sin ser payaso, valiente y dispuesto a decir lo que piensa sin andar congraciándose con nadie. A pesar de que eso último puede sonar o caer pesado, de hecho las damas que admiran al bien encachao en cuestión admiran eso como una cualidad y no como lo contrario.

Debe ser, opino yo, las reminiscencias que nos quedan de 10 mil años de dominación varonil y el deseo ese programado de un hombre fuerte que me proteja. O en la de menos, es un trauma producto de tantos años de milicos y ductadura. O son simplemente sometidas no-vergonzantes que disfrutan de las diferencias propias de los sexos sin sentirse por eso disminuidas.

Procedemos a rendir algunos ejemplos prácticos:

La tía Dina, al tratar de describir a mi suegro cuando era joven, nos dijo «Floro era (y se quedó por un segundo sin palabras) bien encachao!»

La señora que comenta de cómo era el papá del actual candidato chileno Marco Enríquez-Ominami «Miguel era bien encachao!» (Como a mí Miguel me encanta, ese día me quedó clarito el concepto).

Ambas, usando el gesto y entonación descritas y que por alguna extraña razón, me hacen sentir incómoda, como compartiendo un criterio de intimidad que uno no está listo a la pura bulla de compartir con gente que recién conoce.

Así, es posble que Sean Connery sea bien encachao, mientras que alguien como Brad Pitt, es apenas lindo o «buen mozo». Felipe Camiroaga, uno de los presentadores más populares de la televisión chilena (aquí se ve en TVN), es indudablemente guapo, pero no necesariamente bien encachao.

Curiosamente, no la encuentra uno en la prensa escrita o en la tele. Parece ser parte del vocabulario popular que ha sobrevivido al menos tres generaciones.

Retomamos así nuestras reflexiones sobre palabrillas sueltas o usos del idioma. Se aceptan sugerencias. Recuerden que nada de esto es técnico o estudiado. Son solamente mis ocurrencias.

Una gota de lluvia en “"Bien encachao!"”

  1. Ivan dice:

    Hola,

    solamente para aclarar que el chilenismo que has descrito aquí no tiene solamente connotación de género masculino, también tiene acepción femenina en su variante «encachá», porque ambas provienen del verbo «encachar». Encachar es poner la cacha a una navaja o arma cortante, es decir, añadirle una modificación que hace que pase de ser una hoja filosa a un arma como tal. En otras palabras, mejorar aquello que era rústico, burdo, tosco.
    «Encacharse» tiene dos sentidos según el contexto: puede ser presentar cara a un contrincante en caso de pelea, como puede ser prepararse las vestimentas y afeites para una gala o reunión.
    Sin embargo, «encachao» o «encachá» no se refieren exclusivamente a la apariencia física de una persona, sino que incluye su personalidad, su sociabilidad y, sobre todo, su buen humor. Una persona físicamente bella pero no simpática no será jamás unas persona encachá. Y una persona no extraordinariamente guapa, pero sí muy simpática, perfectamente puede ser una persona encachá. De esta aclaración se desprende que el adjetivo «encachao» o «encachá» necesariamente son atributos que puedes asignar después de haber socializado con una persona, o de admirar su personalidad.
    Lindo interés el tuyo, gracias por difundir estas cosas.

    ¡Viva Chile mierda! (esta también la habrás escuchado)

Y vos, ¿qué pensás?