Que la tendencia contraria está llamando al ICE a reportar nuestros celulares claves como robados y los bloquean.
Que antes de medio día, la votación por mesa no pasaba de 100, más pior que de la nuestros nuevos archienemigos históricos, el PaK.
Que en una escuela en el oeste, la tendencia contraria tiene un altoparlante diciendo que tienen encuestas que van ganando.
Que el jefe de campaña de la tendencia contraria, está llamando a toda la dirigencia de la nuestra, para decirles que van ganando con 54%, que se vuelquen, que no sean perdedores.
Yo estoy mandando mensajes de texto- con todo y mis limitaciones- rogando: “Salí a votar”!
Que en el este, en una mesa, hay un tipejo, que aunque ya votó, se niega a salir del recinto porque está lloviendo. Tenemos una fila de 50 de los nuestros y nadie se anima a sacar al cabrón a la fuerza.
Que no, que la gente que no aparece en el padrón no puede votar. Aunque tenga cédula, pasaporte, licencia o carné de la S.
Que los coloreados rojiamarillos fundamentalistas Pakcistas, aparecen en el padrón con un asterisco:
Que en muchas mesas no aparecieron fiscales de la tendencia contraria.
Que la tendencia contraria alquiló todo el día una frecuencia de radio y alguien bien malcriado llamó haciéndose pasar por alguien del TSE exigiendo que pararan la vara, porque era un delito.
Que parece que estamos muy bien. Pero hasta que no salgan los números, yo no creo en santos que orinan.
Que andan jodiendo para que no usemos las camisetas en los recintos y que cierta Isla dio la orden de que se las pusieran al revés para que dejaran de estar jodiendo.
Que enfrenté este infierno verde con una actitud zen. Pero ya estoy convencida que si hay algo que me llena la cachimba de tierra, son este aterro de bombetas que me rodean. Les sonrío, pero me entretengo pensando en alguna forma lenta y dolorosa de acabar con ellos. Porque mientras yo me estoy mecateyando de las 6 de la mañana, ellos pasan llamando a chismear y a pedir datos de cómo vamos. Aunque eso no nos toca a nosotros.
Que estoy preparando el discurso para mi jefe para la próxima semana, que empieza con un “You push too hard” porque ayer casi me saca las lágrimas.
Que el Patán está sentado con dos amigos como él en un pollo en el patio de una escuela, viendo a las guías y tomando birra.
Que con la celebración vamos a llenar el Paseo Colón
Nota de Sole: La mayoría de estas cosas son eso, Bobemaize, cuentos que andan sueltos, que pueden o no ser ciertos.
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