Pues ya con este kilometraje y con estas carnes, cuando me llaman de Soho puedo tener la certeza que no es para salir en la portada. Pero me encanta ponerle a la escribidera, esta vez sobre la tan mentada ley de tránsito, específicamente si este dechado de jurisconsulta, está a favor o en contra o todo lo contrario. Que es más o menos lo que me salió, avergonzando a mis profesores de la facultad de derecho.
En fin, la prueba física de mi rajonada la encuentran aquí, pero si lo quieren leer completo, tienen que comprar la revista o mandarme un correo (isladesolentiname@gmail.com) y se los mando en Güord. No sean riñas, no pidan la revista prestada. Ni me la pulseen a mí, como hace el Patán alegando que no lo dejan comprarla.
Recomiendo caer con los dos rojos (o sea, la compra) para que además de colaborar con la causa (de los que escriben ahí, no del grupo editorial) y pasar por la pena de ver a esas odiosas que se ven divinas, se lean la lista de canciones recomendadas para escuchar cuando alguien toma tequila (digo alguien porque yo soy abstemia). Tengo mis sospechas de quien la escribió, y de solo leerla, me entra una cabanga acantinada por esa lista de desgraciados que me han pagado mal y una sed de esas que en mi caso exigen una coca lai y en los casos de los demás, una borrachera, con boca de chicharrón y rocola con los últimos éxitos de Jose Alfredo Jiménez cantados por Vicente Fernández o Chavela.
AH! y el artículo de María Montero, que es, como siempre, FFFF-ormidable.
Eso era.
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