Llegó la cuenta del celular a todos los que apoyamos a María José. El inmediatismo tiene el efecto secundario de no pensar el recibo de fin de mes cuando uno testea como loco. Llevado a escala, es como el sentimiento de saberse premiada de embarazo no deseado de algún polvo que ni siquiera valió la pena y del que normalmente se habría una arrepentido. Es un precio muy caro por algo que ni llegó a ser un gustazo. Apenas un momento de histeria patriota, colectiva, consumista e instigada.
Diez días de andar mostrándole los calzonillos a más hombres en una semana de los que habría imaginado en mis peores delirios promiscuos, porque cuando a uno le duele la patita izquierda, no basta con quitarse la media: Hay que deschingarse de la cintura para abajo, sin batita, e ir preparado con lo mejor de la gaveta. La medicina privada no está libre de las quejas que uno tiene para la Caja y después de todo lo que ha pasado, empiezo a considerar si debería intentar con medicina que no sea de hombre blanco.
Mi jefe está ceñido en que yo rectifique mis equivocados pasos, logre ver la luz y me arrepienta de mis errores. Me manda casi a diario artículos reburricanos y conservadores que dicen cosas como que el hecho que una mujer mediocre y bruta sea candidata a la vicepresidencia es un triunfo del feminismo, porque demuestra que la verdadera igualdad es cuando una mujer no necesita ser brillante ni mejor que un hombre para aspirar a la vicepresidencia y hasta puede rajar al descaro de tener la cabeza más densa que una Barbie. El no ve que en realidad, Palin es una señal de los tiempos que vivimos y la prueba viviente del triunfo de la decadencia y de un sistema podrido que ha convertido a sus ciudadanos en ignorantes. Yo le devuelvo la gentileza bombardeándolo con mis artículos musulmanoterroristasocialistas que apoyan a Obama. Ni me contesta.
Deja un comentario