Estimados y respetados señores miembros de la Real Academia Española:
Les escribo desde un país pequeñito pero matón y con todo el fervor liberacionista posible, fervor que me tiene en un puro temblor y de ahí la letra corrida (que os ruego disculpeis), a raíz de los últimos acontecimientos de estas lejanas tierras derivados del ejercicio de la democracia y la bendición de no tener petróleo (que si no estaríamos invadidos por los matones del barrio).
Resulta que, como se habrán enterado en periódicos internacionales, con todo el ridículo del caso, acabamos de tener elecciones y las cosas se salieron de las manos y ahorita estamos en una contadera de votos A MANO.
Es un momento histórico porque nunca nadie se esperó esto (mucho menos el Palomo que debe haber caído hincado en cruz y todo) y se nos está redefiniendo todo el esquema que conocemos de Estado y Gobierno, y aprovechando el proceso de cambio así como el hecho que sus mercedes año con año incorporan costarriqueñismos a su Real y útil diccionario, de forma pintoresca y coqueta con este aterro de ticos, de forma respetuosa y humildemente les ruego considerar la siguiente petitoria.
Púseme a revisar la definición de verbos en particular el de “arrasar” que al respecto se indica en el diccionario de ustedes y cito textualmente:
“1. Allanar superficie de alguna cosa.- 2 Echar por tierra, destruir. 3. Rasurar. 4. Igualar con el rasero. 5. Llenar de líquido una vasija hasta el borde, 6. Llenar o cubrir los ojos de lágrimas. 7. Quedar despejado de nubes”
Y me ha llamao la atención que ninguna de las acepciones es política, a pesar de que aquí se ha venido usando el verbo arrasar para querer decir garroteada electoral al otro partido desde los tiempos de don Pepe. Lo que me lleva al punto de mi atenta solicitú:
Resulta que estábamos los liberacionistas mal acostumbrados a arrasar en las elecciones que creíamos ganadas con márgenes que no requerían de ningún conteo manual de votos ni nada de esas mierdas. Hubo una elección, la de Chemita, (no Chemise, CHE-MI-TA) en la que ganamos por apenas treinta mil votos, y nos dio mucha vergüenza que casi nos apalean pero disimulamos haciéndonos los gatos bravos porque gane es gane aquí y en China. Hago la salvedad de que en esa ocasión no nos fuimos de bocones a decir que arrasamos o que ganamos por gorreada. Nos ahorramos de forma prudente el uso del verbo.
Pero ahora estamos re enchilados, ardidos y nos está llevando puta. Por eso, compañeros lingüistas, tomando en cuenta los últimos sucesos, quisiera preguntarles, me urge tanto, que si considerando que la cosa está ahora más bien peluda, podríamos considerar una nueva acepción para el verbo citado en los siguientes términos:
“ Arrasar: (…) 7. Acción de ganar las elecciones costarricenses
presidenciales por quinientos o más votos publicados en cualquier periódico o
telenoticiero independientemente de los resultados oficiales”
Para que podamos quedar todos los periquitos contentos y de verde orgullo intacto. Iba a pulsearla por mayoría de simple de “un voto adicional” pero eso se presta para alborotos e infamias de chorreos y fraudes y la que no se presta a eso es esta segura servidora de la real academia de ustedes. Tampoco se trata de jalarle el rabo a la ternera.
Les agradeceré se sirvan darle rápido trámite y gestión a ésta, mi solicitú atenta, para que ojalá dentro de los siguientes diez días o antes de la declaración oficial del TSE (lo que ocurra primero) se sirvan ustedes emitir o una fe de erratas del Diccionario o un adendum al panhispánico de Dudas y lo publiquen tres veces en algún periódico de circulación nacional para que aquí todos se den por enterados.
Entre tanto, yo estoy armando una quiniela a ver quién le llega más cerca de la diferencia de votos, ya sea a favor o en contra de mis intereses. Tengo a mi jefe apuntado con 9 mil votos (si la tendencia se mantiene en las inconsistentes dice él), a mi hermanillo mayor por adopción con los 500 y raspando, a unos clientes que han pasado en eso de las proyecciones con 7200, a los del partido con 8685, a otro compañero con 7000, al otro lado del mar y en lejanas tierras con 3400, el Palomo en persona con 10 mil y así sustantivamente. No hace falta hacer corridas matemáticas ni ser estadístico. Datos a puro cálculo de corazón, ojo de buen cubero o dedito ensalivado levantado al viento también son bienvenidos. No aplican restricciones, válido para todas las tendencias y sin letra menuda.
El ganador se hace acreedor de una cena “Sole style” que en caso que perdamos los liberacionistas incluye diazepán para el amansamiento correspondiente. Se acepta un margen de error de más menos cien votos y se considera que se pega terminación con un más menos quinientos, en cuyo caso pasamos de cena full a apenas un cafecillo conversao.
En espera de su atenta y urgentísima riposta,
La suscrita
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