Primera
Ayer lunes, a primeras horas, reviso el vicio ese que es el correo del brete y me encuentro con un mail de la Flo que decía, muy serio: Urgente!.
Me quedé helada antes de abrirlo, porque pensé lo peor. Vi que eran apenas las seis de la mañana y pensé en la lista de males que podían haberle ocurrido, mínimo un allanamiento con fuerzas especiales del OIJ, Fiscalísimo General incluido y la necesidad imperiosa de un abogado con experiencia en lidiar con los gorilas del estado. Me enojé con Flo por enviarme un correo que quién sabe a qué horas hubiera visto en lugar de llamarme directo: esunrelajounabarbaridáparaquesirvenlosteléfonosinoesparaurgencias…
Me armé de valor, respiré hondo y lo abrí. Decía:
Urgente! Tenés que ver lo que puso Quinto…
Y a pesar de que era solo Times New Roman en la pantallita blanca, pude ver que la Flo estaba en una tembladera, ahogándose de la hiperventilación, buscando alguien que la soplara y recogiendo uno a uno los pétalos que se le cayeron, unos de la vergüenza de verse dedicada de poema y otros en la carrera de avisarnos a las demás.
Sobra decir que le hice caso ipsofacto.
Segunda
Me llama mi amigo Otrova o yo lo llamo a él. Ya ni sé quién llamó a quién porque como pasamos en esa jodedera da igual. Nos damos cuenta a fin de mes cuando nos llega el cobro del celular. Le explico muy seria lo ocurrido, me pide un momentico, se escucha el clic-clic de la revisada y me dice:
“Puta…”- (Nota de Sole: No es que Otrova me diga Puta, ni de descripción, ni de insulto, ni siquiera de cariño. Es que igual que yo es malhabladito y así suele iniciar sus frases, “Puta”. Continúo)– “Necesito aire. Pero, pero ese mae te conoce?”
“Di NO! Cómo me va a conocer si no pudo llegar a aquel sueño, AH?”
“Diay es que parece…”
“MAE! En qué parece? Ah? En QUE? No leíste el poema? Cómo podés decir que parece que me conociera, ah?” (Nota de Sole: usualmente no uso el mae. Solo cuando me frikeo. Ahí me disculpan).
“Es que fijate bien… el mae hasta sabe que sos rezongona y altanera…”
Nos quedamos en silencio.
“Será que nos está proponiendo un menage a four?” (Nota de Sole: Esta presunción la destrozó Quinto en un comment diciendo que no, que era simple agradecimiento. Otra vez será)
La cosa para hacer corto el cuento es que concluimos en que más que lindo, el poema entra en la categoría de los sabros, el más carnal, el más… como dijo Otrova: jíjole!. Elaboramos también de cómo llegó el Quinto al descubrimiento de lo del sadomasoquismo ajeno, pero esa es otra historia que no procede contar en este momento.
Tercera
Yo lo leí y me reí como una estúpida. Y me pasé el día de tan excelente humor, sonriéndole al mundo, contando mis chistorestes, haciéndome la graciosa, saludando a los extraños, simpaticona, tolerante y agradable, con empuje para el brete, acomodé mi oficina, le di el día libre a la asistente. O sea, hasta terapéutica la cosa. Improvisé en forma brillante y audaz en el programa de TV, hablé como si toda la vida me hubieran filmado y para hacer el pase a la sección de poesía, me rajé a decir, en vivo, lo siguiente:
Hoy, justamente hoy, me contó un poeta que hay placeres que le están vedados a los mortales. Por suerte la poesía no es uno de ellos.
Mi amigo M llegó a la conclusión que ayer fue uno de esos días en que yo ando con mi ánimo de muppet que se distingue apenas de la manía por la condición de insoportable. Y me decía: Decime qué te pasó hoy. Pero decime. Nada, nada. No me estás diciendo la verdad. Decime. Y yo: Nada, que nada.
Ahora, sentada frente a la compu que reemplazó a la fallecida y atacó mi bolsillo sin piedad (cuándo irán a inventar las compus piratas, cuándo?) veo alrededor de mi cálida oficina, la que tengo en el kinder y calculo cómo se verá enmarcado, este cuadro que me dedicó un pintor que solo conozco en trazos.
A Sole
Vos sos la amante ingrata.
¿Qué es tu vara,
altanera,
qué es eso,
esa belleza
tan impropia
de las mortales?
¡Ingrata!
Y lo peor,
lo sabés
y ése es tu estandarte,
junto a la lengua afilada
y al empuje de Atenea.
Amada,
dejate desnudar,
no soporto más esta espera,
este crujir de dientes
que es el verte
y no tocarte,
rasgarte de un beso,
entrar en vos como una lanza
y darte a conocer
lo que está vedado
a los mortales.
A Quintu: Graziaz sonrojadas!
Deja un comentario