Mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las anchas alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.

Lo que llevo dentro

Hay días en que me secuestra la emoción. Días en que cualquier cosa me saca las lágrimas. Que cualquier gesto amable me conmueve profundamente. Que lloro si me abrazan. Que siento que tengo la mano firme alrededor de un cable primario, conectada directo. Es como si hubiera perdido todas las capas alrededor mío y estoy ahí, cruda ante la vida.

Me cuido de no llorar mientras manejo, no llorar frente a extraños, no exponerme a canciones tristes y en general de que no se me salgan las lágrimas por ver un periquito solo volar al final del día. Tengo los kleenex a la mano, no me despego de los anteojos oscuros y a cada rato me lavo la cara para que no se me vean los ojos tan hinchados.

Días en que cualquier muerte me recuerda la primera de todas las muertes, que toda separación es un trauma dolorosísimo, que me duele el alma y estoy en modo tempestad, haciendo sin pensar, en automático, con la paranoia aumentada, callada para no lastimar a nadie, a punto de irle a decir a mi jefe que no estoy bien y que necesito irme cinco días al silencio y con el ataque de pánico esperando sentado en aquella silla, a que yo baje la guardia y me rinda y me siente a llorar a gritos. Son días en loop de ese lunes de uniforme y espinillas, con examen de mate, entrega del de cívica, clase de educación física y anuncio de convivencia.

Esos días me recuerdan a Mimí y de cómo se me quedaba viendo cuando de niña y adolescente, me atacaban estos días y escribía cuentos y poemas muy trágicos y se los leía actuados, con mucho teatro o lloraba con canciones de desamor de las personas grandes o simplemente andaba gris por la vida.

No se reía, ni se burlaba, ni me jalaba el aire. Me veía con la resignación y la tristeza de quien confirma una maldición milenaria

Así somos los nicas”- me decía. Y suspiraba.

Como si fuera luna llena y se hubiera dado cuenta de que yo también era hombre lobo. Como la primera vez que un malparido me dijo algo en la calle. Como cuando uno sabe que un ser querido tendrá que vivir un enorme dolor una y otra vez y no hay forma de cambiar ese destino.

Así somos. Por eso Nicaragua ha dado tantos poetas. Por eso cantan y se ríen aun en las peores desgracias. Por eso le dicen “Amor” a sus hijos y se hablan a gritos, con grandes gestos y alboroto. Por eso tienen las manos siempre abiertas y los regazos siempre listos para apapachar un corazón en pedazos.

Yo, que conocí Nicaragua solo por lo que me contaba mi abuela y fui personalmente hasta años después de muerta, siempre noté esa diferencia. Eso de los ticos de ser tan comedidos siempre, tan disimulados, tan perfectos, tan estables, tan medias tintas. Manteniendo siempre la ficción de una normalidad higiénica, desodorizada, pasteurizada y potable. Tan aburridos. Tan muertos en vida.

“Lo bruja y parir gemelos, se salta una generación”, decía ella. Pero esto no.  “Y  de mis nietos, solo vos saliste así, porque así soy yo, así era tu papá y así van a ser tus hijos. La cabra tira al monte”

Y yo podría decir que eran cosas de ella, sino fuera porque hace un par de años, un abogado  de origen nica, ya mayor, destacadísimo jurista, que además fue mi profesor, me pidió que le contara de mi abuela y de mi legado nica. Me escuchó con atención y al final, reconociéndose en mí, suspiró y me dijo más o menos lo mismo:

“Solo un nica podría ser tan romántico como para hacer semejante cosa”

Solo un nica podría ser tan soñador, tan sensible, tan intenso, tan iluso, tan entregado, tan exagerado, tan dramático.

¿Verdad, Mimí, que es mejor vivir así? De por sí no sabría vivir de otro modo.

 

 

4 gotas de lluvia en “Lo que llevo dentro”

  1. Gabriela dice:

    Si vivieras de otro modo no serías quien eres. A veces también me pasa así, y eso que no tengo nada de nica. 😀
    Será que hay cosas que no conocen de nacionalidades.

  2. solentiname dice:

    Debe ser que eso, que las personas así somos la nación desterrada más grande del mundo

  3. Diego dice:

    Precioso. Y un justo homenaje a lo que es cierto.

  4. Hugo dice:

    Me encantó!

Y vos, ¿qué pensás?