Mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las anchas alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.

Arrieros somos

Precisamente ayer en la mañana, discutía yo con Emil, a medias entre tuits y DMs sobre lo ocurrido en el desfile Pride de Sao Paulo. Según las fotos que le deben haber dado vuelta a todo América, un trans hizo de Cristo crucificado y sangrante, dos de Cristos apretándose y otras linduras.

Yo me trepé en el altar de la moral y las buenas costumbres y opiné, con esa facilidad que lo afecta a uno cuando quiere ventearse el hocico. Emil decía que ellos satirizaban los símbolos de quienes los calificaban de abominaciones. Yo, desde el sillón imaginario de mi sala de resolver el mundo, mordía mi pipa freudiana y me calaba los lentes a la europea y decía que no estaba segura si esa satirización era eso o una falta de respeto absoluta y que en mi opinión (la mía, nada de humilde o falsas modestias) haciendo eso no íbamos para ningún lado.

Y lo dije porque lo creo. Porque responder violencia con violencia solo crea más violencia. Pero además, un profundo conflicto moral, al menos para personas como yo, con una alergia neurálgica a la filosofía.

Emil hizo una comparación ingeniosa: “¿Entonces como es sagrado para los demás, no se burlen o aténganse a las consecuencias?”, una referencia evidente a los asesinatos de Charlie Hebdo, cuando yo expuse que el desfile insultó a la pura bulla de los cocos símbolos esenciales de la fe católica y que le estaban tocando los huevos al águila.

Yo alegué que era distinto. Pero en el fondo, no sé si lo es o no. Ambos ofendidos asumen posiciones igualmente fanáticas. Ambos usan diferentes grados de violencia y de incitación de violencia hacia las víctimas. La diferencia es que los católicos no llegan al punto de matar a los gays… hoy. Porque en el pasado ha quedado claro que no les tiembla la mano.

Entonces, ¿qué procede? Siempre me he sentido muy incómoda con aquello de poner la otra mejilla.  Y pienso en la frase aquella del Che que el poder de la violencia a veces es necesario para contrarrestar la violencia del poder. Pero ¿cuándo exactamente? Que uno tiene que ser la mejor persona… pero ¿aun cuando se enfrenta a esos trogloditas?

Como Emil me quiere mucho y yo también a él no pasó a más, quedándome yo en la cómoda posición de juzgar las acciones ajenas en las que por sí nunca me vería involucrada porque eso de hacer performances cristianos en desfiles pride en protugués, no es precisamente lo mío.

Menos de ocho horas después, me unía a la fiesta colectiva de celebración del arresto de Justo Orozco. Hasta hicimos #RezoCR con Adriana Sánchez,  y en un collage colaborativo de varios amigos. De los mejores que hemos tenido desde las elecciones, que transcribo aquí para su disfrute, no sin antes recomendar su piadosa devoción:

Intención: Oiga, hay que hacer #RezorioCR para que condenen a ese roco rapidito en los Tribunales de Flagrancia

1er misterio: De cómo Justo llevó a la Titi engañada a un cogedero

2do Misterio: Justo perdido y hallado en situación incómoda

3er Misterio: De cómo Satanás ideó un montaje para tentar a Justo

4to Misterio: El peluquín. Solo eso.

5to Misterio: Dios aprieta y ahora

5to B: Hordas de sodomitas y sus amigos recuperan la fe por 15 mins (edición especial de arresto de Justo)

Y las letanías, a las que respondemos, todos juntos #ruegaporlojotrosnosotrosynosotras

 

Perrera de los cristianos

Viagra de los ciudadanos de oro

Hotel del Mal Paso

Arrimaciones de mueble

Resbalonazo de cascos en las calles enjabonadas de la vida

Universidad Cristiana del Sur

Inmunidades legislativas del pasado

Fue un fiestón. Nadie quería reconocer abiertamente la contentera para no quedar como un monstruo, pero el derroche de ingenio, chiste y ambiente de celebración era evidente. Digamos que no como ganarle a México en un partido de futbol, pero sí esa satisfacción que precede el te lo dije cuando la amenaza inicial fue perate y verés.  Como bien dijo Wally, citando a su querida tía: no me alegro, pero siento un fresco…

Vacilamos con organizar recorridos por el circuito judicial, recorrer la celda, filtrar la foto con la que lo ficharon, ilustrar los eventos con información adicional, técnica y chismes, concluir en El Cadejo con cena, maridaje birrero y reconstrucción de los hechos como performance principal.

A nivel legal, mis intervenciones favoritas fueron frases de mis profesores:

  1. El que se defiende a sí mismo tiene a un necio por abogado y a un imbécil por cliente.
  2. Los clientes se parecen a sus abogados y los abogados, a sus clientes.
  3. Y para los que pagan diezmo y son de la misma denominación que el imputado, que pelen el ojo, porque los honorarios de penalista son muy caros.

Desenterramos las frases favoritas del ahora imputado, incluyendo sus rajonadas de ser modelo, de su familia modelo, de su lógica matemática y todas aquellas cosas que aumentaron violentamente la venta de antiácidos a nivel nacional.

Yo me dediqué a recoger las frases religiosas aplicables:

  1. Los molinos de Dios mueren despacio pero muelen fino o lo que es lo mismo: a todo chancho le llega su Navidad.
  2. Ver la paja en el ojo ajeno pero no la tuca en el propio.
  3. No hacerle a los demás lo que no le gustaría que le hicieran a uno
  4. La carne es débil

Estábamos en medio vacilón cuando se empezaron a escuchar las voces llamando a la cordura, a la compasión, a medirse un poquito y a mí me entró una contradicción moral terrible, porque eso mismo estaba predicando yo en la mañana y en ese momento de llamando de conciencia, me llegaba justo cuando estaba abanicando la hoguera para que ardiera con más fuerza y metiendo carbón para que calentara la cosa, mientras organizaba al coro de las voces del odio y actividades de entretenimiento relativas a los hechos.

Bueno, Fidel siempre ha dicho que uno tiene que saber qué tan bueno es uno. Yo tengo muy claro en qué soy débil y estas es una de esas cosas y no, no estaba dispuesta a parar el chingue, aunque eso me dejara como una incongruente y una rata de caño, cualidades de las que no rajo, pero tampoco me engaño.

Además, recordé esa expresión tan gringa del Holier than thou, que a presar de la construcción sheakspeareana, no tiene nada de positivo. Por el contrario, viene a ser un ¿de qué jugás?, dirigida a gente que, como yo más temprano, pretendía imponer la regla de comportamiento y etiqueta apropiada, recordándoles su propia humanidad defectuosa y la ausencia de nombramiento como policías de la mora ¿Qué es? ¿Qué los que llamaban al orden nunca han caído en lo mismo o más que bien que por haber caído sabían porqué era necesario pararla? ¿Somos inmaduros los que nos alegramos o amargados los que nos advierten que dejemos de hacer relincho?

Y lo que decía El Cumpleaños de Juan Angel: No es que se disfrute ver caer al enemigo, ni hacerlo caer, pero en ocasiones es cumplir con un amargo deber. Y recordé cuando murió Pinochet. No hubo fiesta, pero tampoco pesar entre sus víctimas. Pensé que la analogía con los Nazis, los malos más malos del siglo XX y de History Channel y la reacción cada vez que agarraban a uno o lo ejecutaban, pero tal vez eso es excesivo y es una falacia con nombre propio y todo.

Pensé además en el futuro que le espera al humor si no podemos vacilar con nada. Y en que esas voces podrían tener algo de razón. No está bien alegrarnos de la desgracia ajena. No sabemos qué fue lo que pasó. Todos sabemos que la prensa local tergiversa y miente. Podría ser un montaje, como aseguró Justo, porque ya es milenario eso de usar sexo para traerse a alguien al piso. Y a la vez: se lo buscó, por hijueputa, las varas se devuelven, tanto odio no puede quedar impune. Pero queda impune. Justo es un pelele comparado con otras personas que sí tienen influencia y sí tienen fuerza y si hacen daño, real, a mucha gente y nunca, nunca, lo pagan de ninguna forma.

¿Qué es lo correcto? ¿Es un linchamiento? ¿Estoy llamada a ser una especie de Jesús, un ser humano perfecto y por ende imposible, incapaz de alegrarme de la desgracia de semejante engendro o compenso cuando me da un poquito de culpa y escribo un texto para desahogarme? ¿De qué nos podemos reír? ¿Cuáles son los límites? ¿Sirve de algo aceptarme imperfecta? ¿Es una expresión de mi poco control de impulsos? ¿Es válido el argumento de él empezó? ¿El dolor nos impidió ver más allá de ese hombre obtuso e ignorante y cegarnos ante los intereses que él representaba? ¿Cómo hacemos para que nunca más haya un alguien que empezó y si empieza, que no siga? ¿Cómo se resuelve esto? ¿Con refranes bíblicos y populares? ¿Justo dejará de decir esas burradas porque nosotros somos respetuosos? ¿Enmendará su pensamiento?

Ya para hoy en la mañana, Justo salió libre, lo defiende un angelito que ya le echó la culpa a la víctima, los fanses de Justo han demostrado que sabremos leer y escribir pero eso es una función básica que no implica capacidad de pensamiento o raciocinio y es posible y mucho que esto quede en nada.

Sí. Se podrá olvidar en tres días. Pero nadie nos quita lo bailado.

Justo: arrieros somos…

Una gota de lluvia en “Arrieros somos”

  1. Gabriela dice:

    Es fácil pontificar cuando los efectos no nos tocan o nos tocan de lejos. Y sí, lo bailado, nadie nos lo puede quitar.
    😀

Y vos, ¿qué pensás?