Mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las anchas alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.

El otro ghetto de Tuiter: una realidad paralela

Por razones torsicret, que vamos a llamar laborales, todos los días tengo que irme a asomar a lo que llamo otros Ghettos de Tuiler, para ver cómo va la cosa, DM’s, RTs y todas esas cosillas que le acarician el ego a los divos tuiteros.

Tengo que reconocer que a mí, el uso de Tuiler, me costó su tiempillo entenderlo. Al inicio me parecía que era como el recreo de un colegio privado de mis tiempos, donde la gente hablaba sola y solo se le ponía atención a los más populares. Esa dinámica me generó una regresión a mi rol en esas condiciones: yo me meto en una esquinita, me vuelvo invisible y observo de forma callada, hasta que entro en confianza y empiezo a meter la cuchara, cada vez más, hasta convertirme en una insolente, una peste spammeadora que se merece unfolous a tutiplén.

Tal vez la palabra Ghetto es injusta y trae malos recuerdos de maltratos y discriminaciones que, a pesar del tiempo, está muy presente en las memorias de todos nosotros. Podríamos decirle burbuja, comunidad, condominio o peor aun, para seguir con la comparación con los colegios privados, argolla. Bien decía don Pepe que lo peor de las argollas es estar fuera de ellas.

En ese otro Ghetto, en esa realidad paralela, los nativos son gente que tiene Tuiler, pero que nunca en la vida he visto en mi TL, ni siquiera Rteados. Cosa que no debería sorprenderme, porque se supone que hay unos 8 mil tuiteros y yo sigo solo como a 200. Además, bien dice @tsaitami que cada uno crea su barrio a su gusto, leyendo a quien le de la gana, sin compromisos sociales de por medio.

A diferencia de mi Ghetto, donde somos ateos, laicos, agnósticos o creyentes de closet; al otro lado del muro virtual son católicos, conservadores y creyentes abiertos abrazados a la pandereta y al compromiso evangelizante. Nosotros nos amparamos en Christian Dior, en el Spaghetti Monster y en Oh Margott. Del otro lado, la sangre de Cristo y su sagrado manto, las diferentes versiones de la Virgen y algunos Santos, son protecciones eficaces y Dios se escribe con mayúscula. Es más frecuente ver lenguaje de estética pandereta.

Donde nosotros somos progres, comospolitas, enterados de la realidad mundial; del otro lado la versión oficial es de La Nación, son estereosexuales, pro vida, usan el método del ritmo (mal usado), están en contra aborto, homofóbicos y gente como #fueraJustoOrozco y Kenneth González son sus profetas.

Mientras que de este lado poco a poco hemos incorporado el uso de signos de admiración y pregunta al inicio y al final y hasta pedimos el beneplácito de los grammar nazis y talibanes del idioma (@anfivas) y somos acólitos de la RAE; del otro lado esa ortografía de los sms de 1 colón por mensaje destroza lentamente el idioma de Cervantes.

Agrego además que algunos de nosotros nos damos el caché de tuitear en inglés, en alemán, en japonés y en spanglish. Al otro lado, lo que se escribe no supera ni siquiera la prueba de redacción de bachillerato y es claro que se las teclas de signos de admiración y pregunta se les queda pegada. No conocen los curiosos fenómenos de la tilde ni de la H, al inicio y mucho menos intercalada. Y el uso correcto de la s, la c, la k, la q, la v y la b sigue siendo un misterio o simplemente se batea.

Nosotros vemos series gringas pirateadas, compartimos links y nos tratamos de respetar sin spoilers. Nos ponemos de acuerdo para ver debates presidenciales de otros países o eventos trascendentes. Leemos The Huffington Post, The Onion, The New Yorker, the New York Times, The Washington Post, The Oatmeal y similares. Al otro lado ven Combate, El Chinamo, leen La Teja y el Diario Extra. Punto.

Somos gourmé, vegetarianos, veganos, compramos en el Auto (#automercadoesmilugar), tomamos té, despreciamos la comida de bombillo y hasta nos repartimos recetas (¡Visite www.manosenlamasa.com!) y al salir a comer vamos al Búho. Allá, no tengo idea. Parto del principio de que son omnívoros.

Para nosotros, seguir a alguna gente es un ejercicio de tolerancia. Yo personalmente tengo a varios en ese estado y ofrezco el sacrificio como abono a mis malos pensamientos. Con algunos fachos insolentes lo intenté, pero no lo logramos y los bloquié sin misericordia y cuando los leo publicados en algún periódico nacional, compruebo que hice lo correcto.

La tolerancia ha funcionado. Yo ya no me pongo verde del chichón con los comentarios del partido. He aprendido a discutir sin patadas voladoras (creo), a tuitear de frente (con menciones),a ceder de forma graciosa (#éverdá); violando esa tradición nacional tan querida de tirar la piedra y esconder la mano.

De este lado, hasta lidiamos con gente de Cartago. Hemos descubierto que en la Provence vive gente que tuitea y no hace las novenas, ni los cuatro lunes y tienen menos de 58 años. Y lo más sorprendente: hasta les gusta Cartago.

De este lado tenemos ideas políticas de todos los colores del arcoiris y algunos somos pegabanderas rehabilitados o liberacionistas arrepentidos. Coincidimos en que este gobierno es decepcionante y que no se vislumbra opción decente que no sea el abstencionismo. Del otro lado, gana Rodrigo. Punto.

Nuestro Ghetto, en general, es fiel al ICE con contadas excepciones. Del otro lado salen soplados a las agencias de las telefónicas con cada nueva oferta para hipotecar los riñones o las córneas por un Ayfon y coleccionan chips pre pago de todas las marcas.

A este lado de la cerca seguimos ministros, en general, para trolearlos. Del otro lado, también. Creo.

Aquí sabemos que @Catoliticos es una sátira o parodia y a veces hemos tenido que ir a defenderlo en molote a Facebook, donde los del otro lado se lo toman en serio, creen que representa a la Iglesia Católica y lo acusan de intolerante.

Nosotros llegamos tarde a la marcha a favor de las uniones del mismo sexo, los derechos reproductivos y la FIV por escoger qué ponernos. Del otro lado de la cerca, le firman peticiones a Alexandra Loría, al Observatorio Ciudadano por la Vida y la Familia y a sus secuaces y se multiplican como los panes y los peces para la romería.

Aquí manejamos los nombres técnicos de temas informáticos a pesar de la brecha digital o generacional. A la par, en el dialecto local uno pide que le manden un correo así “Pasame un Inbox”

Nuestros hashtags son de lujo. Entre mis favoritos #mandafuegoseñor, #acusomepadre, #cálleme, #despuésdetínohaynada, #preguntica, #digoyo, #sarcasmo, #metiche, #tuitrepetido/existencial, #asomamemeco, #asotwima, #pitonisa, #ayudamefreud, #autobombo, #ruegapornosotros, #nohaycieloquecubraloque, #ProyectoOtoño, #departeaseada, #quelindoeselamor, etc. Del otro lado no he visto nada.

Las mujeres, en el otro lado, es una cosa que amerita una revolución dirigida por feminazis africanizadas. La mayoría la pide a gritos todo el tiempo, con fotos auto tomadas de forma sugerente y nombres picarones. Están las juiciosas, que no son Karina porque a quién se le ocurre usar esa ropa interior tan fea y salir en un video, una foto o cualquier cosa pública con esa panza. El uso del tú o sus mezclas híbridas con el ustedeo o el voseo, o la violación escabrosa a su intimidad, no les molesta. Para ellas, los derechos reproductivos se limitan a la posibilidad de escoger toallas con o sin alas.

Y están las Hellos Kitty, que en mi cole privado eran conocidas como heredianas. De un novio a otro, suspiros, Susanitas que sueñan con el matrimonio y los hijitos, siempre maravillosas, libres de todo defecto, con frases gastadas del único poema que conocen, mensajes crípticos sobre su estado emocional, que cambia con la misma frecuencia que los micro climas josefinos y el uso exagerado de vocales, i.e., “te amooooooo” “amigaaaaaaaa” y cosas similares. Para estas muchachas, 50 sombras de Grey es porno duro y XXX la talla que usarán durante el embarazo. Como diría @piladetrastros ¡Qué Cenicienta con nalgadas ni qué ocho cuartos!

Estas suelen ser víctimas de los lagartos de rigor; que tienen una actitud entre machista y paternalista, con ojos para carros, culos y tetas; para los que una mujer con opinión, es una que probablemente estudió en la UCR y está solterona y loca de leer tanta cosa.

@Chiverre me preguntaba si yo iba al otro lado a trollear. No. Bueno, no todavía. Pero hay cada cosa que les leo que ganas no me faltan, pero creo que iniciaría una guerra mundial.

A la vez, citando a @AndreaVasRo, el otro lado es muy parecido a la vida real que hay allá afuera, a la gente con la que lidiamos en el día a día, fuera de un smart phone o una computadora.

Tenemos cosas en común. El país, por ejemplo. El uso de las redes sociales, Facebook y Tuiter, que para bien o para mal ha democratizado y masificado la capacidad de hacer el ridículo y dejarlo por escrito. Somos seres humanos y activistas del like para documentar participación en movimientos sociales. Y creo que hasta ahí llegamos. Falso. Los dos amamos a nuestras mascotas. A los dos nos ignoran los medios de comunicación masiva. A mí @nacion no me contesta un tuit y @Radioreloj solo te hace RT cuando uno reporta que amaneció como todos los días: frío y oscuro como suele estar todos los días a las 5 y 15 de la mañana.

Sí, soy injusta y cizañosa con ese Tuiter paralelo. Soy una comemierda. Pero si usted está de acuerdo conmigo o le da risa, yo no soy yo. Yo soy apenas un espejo.  Sé, además, que me quedo corta. Por eso, humildemente, les agradeceré sus aportes para enriquecer esta entretenida discusión antropológica.

No se crea que nosotros somos una comuna perfecta. Todo lo contrario. Podría extenderme con saña sobre nuestros defectos, pero eso es otro cuento.

Actualización 11:05 am. Otro hashtag muy querido es #elinepto (de autoría de @matriuzka). Y se me olvidó comentar que hay tuiteros con síndrome de Sybil, con personalidades múltiples, que divagan entre las dos zonas o están como en el medio. Son Los Tuiteros de dos mundos.

Actualización 8:55 pm Otro hashtag que me encanta es #atevos y #mejormemato y sus variantes, no me parece tan malo, entendido en un contexto cultural donde uno expresa vergüenza con expresiones como «¡Me muero!» y no como una intención suicida o una burla a las personas que optan por esa salida.

Actualización 19 oct 11:51 am: Se me olvidaba el mejor hashtag de todos: #noporquemeenamoro

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6 gotas de lluvia en “El otro ghetto de Tuiter: una realidad paralela”

  1. marcelo dice:

    Yo puedo decir que sigo sin encontrarle el chiste a Twitter, y seguiré rezongando porque el gobierno de la República insiste en crear un espacio de exclusión digital al prácticamente exigir que uno tenga cuentas en esos servicios para ser digno de consideración, y tal vez hasta respuesta.

    ¿Viste? No me da para escribir solo 140 caracteres.

  2. solentiname dice:

    Podría ser así @Laura_Ch ¿Xq tengo que tener cuenta de Twitter p q las oficis de Gob me den pelota y me contesten?

  3. “Baje el volumen del televisor…” – Mirando en Marcelo dice:

    […] martes, mientras escuchaba el segundo debate entre Obama y Romney, miraba también la actividad en la esfera de Twitter de Sole, y, dejando de lado las cosas que iban en son de broma, era un poco deprimente ver uno que […]

  4. matriuzka dice:

    ¡Espejito, espelito! Jajajaja

    Vieras que #elinepto, lamentablemente y contra toda lógica, es un personaje de la vida real (es veriFico). Espero que no tengás el disgusto de conocerlo nunca 😛

  5. matriuzka dice:

    Y me acabo de acordar de otro HT que a mí me encanta: #salvamejebus y su variante @apañamejebus.

    Ah, y hoy, con la linda de @piladetrastos estábamos analizando entre #lacartaguitud u #ohlacartaguitud. Ese no lo hemos oficializado todavía

  6. Amareto dice:

    Pues debo ser «tuitera Sybil» o de esas que ni fu ni fa, entre otras cosas porque no desprecio la comida de bombillo. No desprecio ninguna comida, en realidad y todavía no he encontrado un té que me regale las sonrisas que me da el olor del café recién chorreado. Tampoco soporto algunos de esos HT y voy a las marchas con la primera camisetilla que me encuentre. 🙂

Y vos, ¿qué pensás?