Mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las anchas alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.

Noción de patria*

Hay una patria que yo tengo escondida en los recuerdos de mi infancia con mi abuela. Un cariño dulce y nostálgico por esa Nicaragua soleada y mágica a la que ella siempre añoró volver. Esa otra patria, que es más sabor, más sensación, más una forma de hablar que otro lugar. Nicaragua es Mimí, en mucho, tu recuerdo.

Ayer nos reunimos con un profe mío de la U, al que siempre admiré con devoción académica y que me inspiró para ser fiscal. Un hombre brillante, estudioso, con un plante a medias entre Quijote y caballero, que también lleva a Nicaragua por dentro.

Es, en esencia, el mismo. La misma voz de trueno, esa forma especial de decir Nicaragua, donde la g se pierde en la cadencia del acento fuerte, de las erres bien marcadas, de la melodía de trasfondo. Las manos perfectas de dedos largos, tan bellas, ahora con las manchas cafecitas de los años. La obsesión por el uso perfecto del lenguaje. Me dicta palabras como “avieso”, “aleve”, “perversión” y me explica que es mentira que exista la coma neumática.

De toda la mesa solo yo sonrío cómplice, cuando él comenta que nuestro adversario común probablemente tendría “la cachimba llena de tierra” con todo esto. Fue hace quince años la última vez que escuché a alguien más decir eso. Me acaricia la memoria como el olor de la brisa tibia del café recién chorreado en la casa de mi abuela.

Le pido que me cuente la anécdota aquella de los juicios nicas que yo sé que nos retratan de pies a cabeza. Sonríe, extrañado de que la recuerde.

“Era en tiempos de Somoza, cuando todavía había jurados en Nicaragua. Los abogados, más que hacer justicia, hacían teatro. No había nada de técnico. Era totalmente histriónico aquello. Fue en Granada. Un abogado, el defensor de un asesino, que viendo por la cara de los jurados que la cosa estaba fregada, se sacó de la bolsa del pantalón un rosario antiguo de cuentas enormes y con enorme emoción, le dijo al asesino “Hijo mío: ya que parece que la justicia humana va a cometer el error enorme de condenarte; que te salve entonces la divina” Y el asesino se hincó para que su defensor le impusiera el rosario. Resultó absuelto. Yo estaba ahí y por eso no quería ser abogado”

Ya se nos ha hecho de noche y estamos todos cansados. Me pide que le hable de mi apellido y mi familia. Sonríe cuando ve que no me avergüenzo de mi herencia nica. Quiere saber si mi papá murió en Nicaragua. Le explico que él y mi tío nacieron en Costa Rica, pero que mi abuela, en el acta de nacimiento, los legó a su patria, Nicaragua. Tuvieron que esperar hasta los 18 años para nacionalizarse costarricenses.

El resume el sentir mutuo de ambos para con esa que también es patria:

“Solo un nica podría ser tan romántico como para hacer semejante cosa”

* El nombre es plagiado de Benedetti. Lo que él escribió es obviamente increíble. Lo mío es un mero plagio, porque me encanta la frase.

13 gotas de lluvia en “Noción de patria*”

  1. Terox dice:

    Muy romántico… e injusto…

  2. solentiname dice:

    Terox, en realidad no fue injusto. Al nacer ellos en Costa Rica, eran automáticamente costarricenses por nacimiento. Ambos crecieron para ser abogados, gracias al sistema que había en Costa Rica, que permitía que los hijos de una mujer soltera, inmigrante, que no terminó la escuela, pudieran concluir estudios de nivel universitario y salir becados hacia Europa. Ya de adultos, era un mero trámite naturalizarse costarricenses. Ellos, al igual que yo, nunca sintieron vergüenza de su condición o su herencia.

  3. Yuré dice:

    Los juicios de orden histriónico me recordaron al de Friné, quien es perdonada por los jueces tras desnudarse ante ellos. Imagino que en cualquier tribunal nicaragüense una muestra o probadita de menos dramatismo, como sacudirse un pecho, habría producido la absolución inmediata (exhibicionismo mínimo que salva a Helena cuando Menelao se le abalanza con un puñal; acción que no resulta infalible en un mil por ciento, pues a Clitemnestra no le funciona cuando Orestes… ay, ya me fui por las ramas del manzano de las Espérides).

  4. solentiname dice:

    Te imaginás al imputadito de asesinato haciendo un strip-tis? parrafraseando a mi profe, solo un Yuré podría irse por las ramas de un manzano de un girego con un nombre así de difícil

  5. Terox dice:

    No, no me refiero a eso… me refiero a la anécdota del «asesino» absuelto por obra y gracia del rosario… Es curioso como un acto tan innoble puede ser «romántico» y digno de admiración… según el color con que se mire, supongo…

  6. ticoexpat dice:

    Sole, impactante este relato.

  7. no sé quién dice:

    Varias lecturas sucesivas. Alguien las podría ver como xenofóbicas, no lo son: la motivación es pragmática.

    1. «Gracias abuela, prefiero que no me ayude».

    2. No entiendo qué tienen que ver ambos relatos escalofriantes -el del juicio, y el de la abuela- con la noción de patria. Ambos retratan prioridades no solo desviadas, sino malinterpretadas en forma surrealista. Una sudanesa refugiada en Londres, preferiría darle la ciudadanía sudanesa a su chiquita recién nacida, ablación gratis?

    3. Una vez libre, el asesino se fue para Costa Rica?

    4. Al ver esto hoy… http://www.nacion.com/ln_ee/2010/enero/27/opinion2240074.html , me queda claro que la educación en Costa Rica entre 1970 y 1990 fue una catástrofe de la que apenas nos estamos comenzando a dar cuenta. Estamos igualito que la Nicaragua del cuento… sólo que el cuento nica es muy viejo. El artículo de La Nación es la realidad de hoy, enero del 2010.

  8. solentiname dice:

    No se quién: Qué putas le pasa? por lo menos no use un seudónimo si viene a insultar de esa forma. O mándeme directamente un correo, si es que me quiere decirme algo o cree que le debo alguna explicación.

  9. Oz dice:

    Estimado/a No Sé Quién (lo de estimado debe entenderse en el contexto del presente comentario solo en el sentido de cortesía formal que extiendo, de manera casi automática, a cualquiera de mis congéneres; de toda suerte que en realidad no conozco al carajo/caraja que se cobija bajo el seudónimo citado. De hecho, no creo que de conocerle; si por la cubierta voy a juzgar al pasquín, me resultare natural del todo sentir apreciación genuina por esa persona):

    Para empezar por alguna parte, tu comentario se me antoja la colección mas inconsistente y dispar de nociones que yo haya tenido el dudoso privilegio de leer en un considerable tiempo. Si lo que estás es defendiendo tus opiniones de ser calificadas como xenófobas (y quede aquí constancia que ni eso logro deducir claramente de la manera en que empezaste tu comentario), te desmentiste casi inmediatamente después de emitir el «disclaimer».

    ¿Quién te creés vos, me pregunto al leer tu acápite primero, para emitir juicio acerca de las motivaciones de la abuela de Solentiname, o para considerar como un desfavor el gesto de declarar como Nicaragüenses a sus hijos?

    Decís no entender que pueda tener lo escrito por Solentiname con la noción de patria. Es evidente que no te enseñaron a leer. De fijo que aprendiste el sonido de las letras y como éstas se combinan para formar palabras. Eso solo es poquito mas de lo que cualquier loro entrenado con paciencia puede lograr. Tristemente, a quienes les correspondió encargarse de ser tus tutores a lo largo de tus años formativos, fracasaron miserablemente si no lograron hacerte llegar desde A hasta B, o lo que es lo mismo, a entender lo que se lee. Si sos producto del sistema educativo costarricense en el periódo comprendido entre 1970 y 1990, al menos eso sustentaría tu aseveración de que, durante ese lapso de tiempo, la educación en Costa Rica haya sido catastrófica. Por cierto, ¿que tiene que ver la educación en Costa Rica de entre 1970 y 1990 con el artículo editorial «Costumbrismo Judicial»?

    Yo podría seguir glosando sobre tu comentario, pero estimo que ya me he extendido en exceso de lo que la decencia dicta para estos casos. Señor, señora o señorita No Sé Quién, te voy a recomendar hacer lo mismo que hago yo: si no podés escribir con frecuencia un comentario realmente inteligente (no una pila inconsistente de fanfarronadas ofensivas y seudo intelectualidades, como las que en tu comentario abundan), siempre es mejor y verdaderamente inteligente leer, comprender, concurrir o diferir, y guardarse para uno mismo lo resultante.

  10. no sé quién dice:

    Hola. Como indiqué en el primer renglón de mi post anterior, no había ninguna intención de aparecer como un xenófobo; tampoco era la intención insultar en ningún grado. Tal vez no logré articular bien las ideas, o tal vez debí guardármelas para mí mismo. Demasiado tarde. Le ofrezco mis disculpas si así fue.

    Las 4 ideas que enumeré en mi comentario, se me ocurrieron en 4 diferentes veces que leí su relato. En cada una de esas veces, traté de pensar cómo reaccionarían 4 costarricenses distintos. De hecho, 4 costarricenses distintos que yo conozco, que son (creo yo) muy «típicos costarricenses» y al mismo tiempo muy diferentes entre ellos. Es posible que esto debí haberlo advertido de antemano. Por cierto, yo creo que ser un «típico costarricense» no es necesariamente algo bueno. No creo que ellos estén conscientes de eso.

    En la idea No.2 no pretendí hacer una comparación entre un nica y un sudanés. No tengo nada contra los nicas ni contra los sudaneses, ni creo que tengan nada en común entre ellos, salvo ser habitantes de países con un pasado y un presente bien convulso. La idea que pretendía subrayar era que si uno tiene dos alternativas, lo que me parecería natural es escoger la alternativa que resulta en más o mejores oportunidades en un futuro. Si se está escogiendo el futuro de una persona nueva, eso es algo que lleva tremenda responsabilidad encima, y no debería (de nuevo, mi opinión) ser guiado por dictados de tipo «patriótico». Su abuela «escogió» una nacionalidad para sus tíos basada en criterios de tipo patriótico, o «de sangre» o similar cuando se vio ante las dos alternativas. Quedó claro que sus tíos decidieron otra cosa al escoger otra nacionalidad cuando tuvieron edad legal para hacerlo. Es posible que lo hicieran porque les parecía más deseable, o prometedora, la segunda nacionalidad… que también era la de ellos por derecho propio. Por dicha para sus tíos, probablemente fue un asunto fácil de arreglar.

    No quiero decir con esto que haya una nacionalidad «mejor» que otra. Tampoco que unos sean «mejores» o «peores» que otros (nicas, ticos, sudaneses, británicos, de donde sean). He vivido y visto lo suficiente como para darme cuenta de que nacer en un sitio determinado, y tener una nacionalidad determinada, puede hacer una diferencia en la forma en que una persona sea educada, en la forma en que sea percibida por los demás, y en la forma en que logre crecer. También he visto y vivido lo suficiente para darme cuenta de que estando en un entorno ajeno, basta verse diferente, hablar diferente, comportarse siquiera ligeramente diferente, para que la gente alrededor de uno reaccione en forma… diferente. El asunto se convierte en un círculo vicioso cuando la persona advierte que es percibida o tratada en forma «diferente». Y seamos claros, la diferenciación se nota cuando es hacia abajo. No me diga que usted no vio, oyó o vivió ni un solo episodio de ese tipo durante su tiempo en Alemania.

    Yo, como usted, no soy 100% costarricense (y no me siento, tampoco). En mi caso, como en el de sus tíos, mis antepasados escogieron A en lugar de B, estoy seguro que con las mejores intenciones (y no hablo de nacionalidades). Yo no sabría decir si A o B habría sido «mejor» o «peor»… pero estoy seguro de que una de las dos ofrecía más opciones, más oportunidades, más chance de escoger o de arrepentirse más adelante, o se ajustaba mejor a mi personalidad. Esa fue la ruta que no se tomó. Tough cookies.

    Espero que esta vez haya quedado aunque sea un poquito más claro, y que por lo menos no quede duda de que el insulto no es lo mío. Tampoco creo que éste o mis comentarios pasados hayan sido agresivos, pero eso es mi interpretación. Usted es libre de tener la suya.

    Suerte pues, nos vemos.

  11. solentiname dice:

    No sé quien: Le agradezco sus disculpas y lamento que insista en el uso del anónimo. Y en el estilo que, en su interpretación, no es agresivo. Creo entrever su punto a través de su ampliación, pero no puedo compartir la forma en que lo expone. No hace falta ir hasta Alemania para experimentar discriminación. La he vivido en los Estados Unidos por ser latina, en la misma Nicaragua por ser costarricense.

    Mi punto, que evidentemente no logré transmitir, es que en mi familia la decisión de mi abuela siempre fue motivo de burla y reclamo. casi 70 años después del hecho, viene otro binacional a darme una luz real sobre el porqué de la decisión de mi abuela, que me ayuda a comprenderla y hasta cierto punto compadecerme con ella. Esto no lo dije, pero creo que en parte tiene que ver con el hecho que la primera vez que ella hizo eso, tenía 16 años y llevaba menos de 1 año en Costa Rica y no había día que no soñara con volver a Nicaragua, con desesperación. Al final, viendo la historia, es cierto que para ellos fue mejor ser costarricenses. Pero en ese momento nadie podía saber qué iba a pasar con ambos países. Mi papá y mi tío nacieron antes de la guerra del 48, que en mi opinión fue el punto de giro de este país.

    Si usted es tipo AB, entiende entonces esas contradicciones o ambivalencias que uno a veces vive. En mi caso no e stan fuerte, mi Nicaragua es mi familia paterna. Pero tengo al lado a alguien que hay días en que de verdad no es de aquí ni de allá y a veces siente que no es de ninguna parte.

    Eso era. Y sí. Nos vemos.

  12. no sé quién dice:

    Gracias por la respuesta. Qué más quisiera yo que la claridad expresiva de Luis Chaves, pero no tengo ni un diez de eso.

    Dichosa usted que a los años, pudo averiguar los motivos de su abuela. Yo me quedé sin nadie a quién poder preguntarle. Tampoco es algo que me quite el sueño, la verdad… pero puta la curiosidad a veces pica. Yo entiendo completamente a la gente que no descansa hasta ver el cuerpo del familiar ahogado, perdido en el mar. O el resurgimiento de los estudios genealógicos gracias a internet.

    En beneficio de ellos, estoy seguro que nuestros papás y abuelos actuaron movidos por sus mejores intenciones, de acuerdo a la información que tenían disponible en ese momento. Ese es el consuelo, a fin de cuentas ellos eran gente imperfecta igual que nosotros. A saber qué clase de tortas nos iremos a jalar con los que vienen en camino.

    En estas épocas en que la expectativa de vida es bastante conocida, y que los depredadores están más o menos controlados, pareciera que la capacidad de decidir en un instante emerge como el factor decisivo para la evolución de cada persona. Esto es lo que hace tan difícil entender algunas decisiones de los papás, los abuelos, los bis y los tataras. Ellos tenían un horizonte de 30, 50, tal vez 100 años; a nosotros nos colapsó el tiempo. El mundo nuestro va a ser otro en 10 años o menos. La mejor decisión tomada en un instante, pareciera ser la que nos deja la mayor cantidad de puertas abiertas. El exit strategy.

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