Mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las anchas alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.

TVN-acionalizada

Pasé toda la mañana como en zoológico. Caminando de acá p’allá como león encerrado, de mal humor, irritable, intolerante e insportable, quejándome desde las 8 de que íbamos a llegar tarde a la cita de las 12.

Fue lindo ir a TVN. Conocí a la productora del Concurso, la Claudia, que nos trató como si fuéramos ciejos amigos. Nos presentó al jefe de programación de la señal internacional, un hombre «muy instruido» nos dijo. Nos llevó por el canal, me presentó al dibujante que ilustrará mi cuento y ya entre cigarros, me dijo que ella se «hacía mierda» con partes enteras de mi relato. Lo leyó el Pepe Soza, un actor de mucha trayectoria que dicen que le dio una intención muy linda. Ya está al aire en la señal internacional. Se llama «Las Estatuas de la Alameda».

Fui seleccionada después de 5 rondas, elegida por el más facho de todos los jueces.

En la tarde me citaron en Plaza Constitución, a los pies de la estatua del Chicho. Y ahí me entrevistaron, casi media hora. Se me olvidó que acá no me entienden y me solté a hablar con toda velocidad, con toda mi fuerza. Reclamé la ausencia de memoria, los actos del salvaje que hoy se quema en el infierno, el progreso construido con sangre, que se use a CHile de ejemplo. Les dije que los pobres no estaban en riesgo social, si no en riesgo de morirse de hambre. Que si a los desaparecidos nadie los ve es porque nadie quiere verlos.

Les hablé de Joaquín Gutiérrez, de las políticas de don Pepe de puertas abiertas, de los profesores chilenos que forjaron una generación de hombres y mujeres. les hablé de don Eduardo, el dueño de Nueva Década, de la Sara Astica, de los homenajes en la UCR cada 11 de setiembre, de la marcha, de los libros, de los discursos e incluso de estas Anchas Alamedas.

Cuando quisieron saber porqué Chile, les dije que porqué no, que cómo era posible que ya nadie más lo recordara, que Villa Grimaldi viviera de limosnas, que aun se sintiera la mano del genaralísimo. Que todo esto era escupir en la cara a las víctimas y a sus familiares. Que de nada servía una estatua de Allende sin que nadie ya quisiera seguir su ejemplo.

Les dije que Allende quería para Chile lo que mi país tiene hace sesenta años y que todos damos por garantizado. Que me explicaran que tenía de malo darle un vaso de leche al día a cada niño, mejorar las condiciones laborales, exigir los derechos mìnimos.

Les dije que mi cuento erizaba la piel porque no eran detenidos desaparecidos o fantasmas de castillos. Eran el Lucho, el Pato, el Guatón, el Lalo, la Mari. Todos son historias cercanas, vivas. Les pregunté cómo podían jugar futbol en los estadios, hacer conciertos, en lugares de muerte.

Reclamé que borran la memoria, como cerraron la puerta de Morandé 80, como se erradicó la imagen de Allende, como echaron a todos los exiliados, como se perdió el nombre de la estrella que decora la bandera, como se perdieron los cadáveres de los dsaparecidos. «Yo esperaba encontrar en Chile más memoria y menos olvido.» -les dije.

Me preguntaron si trabajaba en algo de derechos humanos. Les dije que no, pero que me gustaría hacerlo, que en mi país no es algo muy desarrollado. Tampoco entré en mucho detalle de que sí, que trabajo dedicadamente para el capital globalizado.

Quisiera que existiera un verbo para esto que vengo yo a hacer a Chile. Yo vengo a rendir homenaje, no a exaltar dolores. Vengo a agradecer el ejemplo. No puedo decir que sea lindo, no, porque me emociono tanto, que lloro, y mucho (son papelones, pero ni modo). vengo porque esto mi motor, lo que me da fuerzas, la música de mi empeño. No hay una palabra para algo que es triste, pero a la vez necesario, fuerte, que templa el carácter. Pero debería haberlo.

4 gotas de lluvia en “TVN-acionalizada”

  1. itzpapalotl dice:

    sos increíble.

  2. Maria dice:

    Que hermoso¡. Gracias por llevar a tus lectores con vos a Chile¡
    Saludos

  3. tugo dice:

    Grande, grande!.

  4. Sirena dice:

    Estoy poniéndome al día con tu viaje… por andar en el mío -que aún no termina- no había podido leer nada.

    Este post rompe mi silencio. Espero que no te moleste, pero me puse apensar si se vale decirle a la gente que lleva en su sangre el dolor, que no lo muestran lo suficiente… No sé si hay derecho. Debe ser mi vena de psicóloga la que siente adentro algo de agresión… no se…

Y vos, ¿qué pensás?