Mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las anchas alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.

Esquelas

De Mimí me quedó la maña de leer el periódico de adelante para atrás y detenerme en las esquelas. Adopto pose, levanto la barbilla y achino los ojos mientras escudriño las vidas ajenas encerradas en sus cuadritos. Ahí me entero de hijos por fuera, divorcios, hijos afectivos, fieles servidores, relaciones comerciales y otras hierbas. Y si de casualidad conocía a uno de los mencionados en las esquelas, me pongo al día en su vida familiar y si me los topo, doy un pésame educado con la frase aquella de “no sé qué decir…” mientras lo abrazo y me abstengo de preguntar, por ejemplo, por la novia con la que evidentemente nunca se llegó a casar.

Es un asunto de mero trámite. Pero a veces, hay esquelas con mensajes personales, de los hijos, los amigos, la pareja, de los que se quedaron atrás. Se olvidan que es un anuncio público del deceso y lo convierten en una tarjeta postal al más allá. A veces lo rematan con una foto sonriente del muerto. A veces los mensajes son tan personales que se siente uno mal y avergonzado de conocer el dolor ajeno.

Hay gente que lo considera cursi y de mal gusto. Yo, por morbo, esas siempre las leo. Esas, a veces me hacen llorar.

6 gotas de lluvia en “Esquelas”

  1. ilana dice:

    Sole, creo que esas son las que más necesitan de un lector que cierre el circuito… si no fuera por morbo, no habría literatura… sin literatura, no podríamos sobrellevar esta vida tan dura…

  2. Julia Ardón dice:

    Fijate que cuando a una se le muere alguien cercano, comienza a entender estos rituales, estas cosas «cursis»…las entiende…y las vive intensamente.
    No es correcto juzgar el dolor ajeno. Nunca.

    Yo respeto mucho esto y también a menudo me pongo a llorar , no por quien se va, sino porque sin darme cuenta me coloco en el lugar de sus «abandonados» y «abandonadas».

  3. Iris dice:

    Cuando era una niña mi madre solia leer las esquela en voz alta, a mi no me gustaba me daba miedo, era como ver la muerte.Cuando fui adolecente militante del partido Comunista, seguia escuchando a mi madre con su mania de leer las esquela en vos alta, ya no me daban miedo pensaba al menos tienen dinero para comunicar su dolor, el pobre ni a eso tiene derecho.
    Hoy ya mi madre perdio la costumbre de leerlas, la última vez que la escuche fue cuando publicaron la del abuelo.

  4. Solentiname dice:

    Ila: Tal vez lo peor es pensar que el lector que uno quería ya no está. Ojalá se hubiera escrito y leído antes.

    Julia: Yo me pongo en el mismo lugar. Yo soy una de las abandonadas, seguramente por eso me conmueven.

    Iris: Y vos? las lees todavía?

  5. Iris dice:

    Las manias se te pegan más que al cuerpo, al alma, las leo los domingos.Confieso que he guardado una que otra, y hasta he redactado la mia. Espero mis doliente usen el dinero para tal efecto.

  6. YURÉ dice:

    En mi caso, debido a esas dilatadas borracheras en las que uno recobraba el conocimiento tres semanas después, con un tatuaje en el ombligo y una octogenaria sin dientes en cada brazo, tengo un álbum lleno de esquelas obituarias con mi nombre (o bien, mi familia era impaciente o no me quería).

    Dos Idiaykus para reMatar (de lo malos que son):

    muerto no estaba
    andaba de parranda
    varas del Cacique

    esquela de luna
    se palman las estrellas
    pal tigre esta noche

Y vos, ¿qué pensás?